La percepción que tiene México en el exterior ha repercutido con el gran número de empresas extranjeras que están asentadas en el país. De hecho, el diplomático Zirahuén Villamar Nava, agregado de Prensa de la embajada de México en Alemania, advierte que actualmente hay 2 mil empresas de ese país asentadas en nuestro territorio.
Hay un detalle que es importante. Toda esta inversión directa tiene respuesta en torno a la confianza que genera México, hecho que también está asociado con el nearshoring, concepto que habla de la cercanía geográfica que tiene México en relación a la toma de decisiones de las grandes empresas.
Una de las últimas inversiones que se dieron a conocer es con la planta de autopartes que se establecerá en Saltillo y cuyo nombre es Borgwargner, que se suma a la reciente inversión de BMW en la ciudad de San Luis Potosí.
Es evidente que el proyecto del Tren Maya también será fuente potencial para generación de empleos directos que ya se están dando, pero que al tener una gran infraestructura, habrá la posibilidad que empresas nacionales e internacionales tengan una presencia permanente en la región.
Un ejemplo de ello tiene que ver con la naciente creación de la empresa fabricante de durmientes que, siendo de origen italiano, también ha visto la posibilidad de mantenerse. Será clave en la operación del Tren Maya, que ya se considera un proyecto monstruo por sus fuertes implicaciones en el espectro económico.
La realidad es que ya se tenían muchas décadas que en el país no había obras de infraestructura de gran importancia. Tal vez lo más inmediato históricamente hablando tendríamos que remitirnos hacia la década de los cincuenta y sesenta, cuando se construyeron las grandes hidroeléctricas que posee el país.
Es una época que coincide también con la etapa del Desarrollo Estabilizador, lapso en que se tuvieron buenos resultados económicos, con un crecimiento anual de gran importancia y cero devaluación de la moneda.
De alguna manera hay un ciclo que ahora se está repitiendo desde la perspectiva económica y que es evidente que en la medida en que se realizan grandes obras, tiene que ver con la derrama monetaria hacia los más diversos sectores.
Hace algunos años tuve la oportunidad de visitar la embajada de la república China en la ciudad de México y me llamó la atención que en sus periódicos manejaban informaciones sobre un gran número de obras de infraestructura, sobre todo porque normalmente hacemos comparaciones.
En México pasaron muchos años en donde no se realizaron obras de importancia y cuando existieron, el mismo modelo neoliberal se encargó de cancelarlas. Es decir, cuando las inversiones nacionales petroleras se magnificaron, operó el siniestro propósito de afectar la operación de la paraestatal al grado de la ignominia que llevó en el sexenio de Peña Nieto a subastar la industria petrolera.
LA DIÁSPORA
Regresando con el Dr. Zirahuén Villamar, diplomático de carrera, hizo la reflexión que la diáspora mexicana se concentra en mayor medida en los Estados Unidos con cerca de 30 millones de mexicanos; Canadá enseguida, luego España y posteriormente en Alemania. Actualmente residen en ese país 400 mil mexicanos, considerando los de doble nacionalidad.
Es un hecho interesante. En coincidencia, se dieron a conocer cifras que hay como 500 mil mexicanos con estudios de posgrado en el extranjero. Fueron promovidos por instituciones educativas, se fueron al extranjero y ese inmenso número de connacionales se quedó en diversas naciones.
Son talentos de alto nivel desperdiciados y que en lugar de contribuir al desarrollo y progreso de la nación, se encuentran en otras latitudes aportando su inteligencia.
Había que buscar las causas por las que ya no regresaron.
¡Y hasta la próxima!.