Al menos ocho personas murieron y dieciséis han desparecido en Madagascar por el ciclón Cheneso, que ha sacudido esta semana numerosas partes del país, informó hoy a EFE el director de la Oficina Nacional para la Gestión de Riesgos y Desastres (BNGRC) malgache, general Elack Andriankaja.
“No tenemos pruebas suficientes para confirmar si las dieciséis personas desaparecidas están muertas o no”, dijo Andriankaja a EFE desde las oficinas de su institución en Antananarivo.
El director de la BNGRC sí confirmó víctimas mortales en las regiones malgaches de Analanjirofo (noreste), Betsiboka (norte), Sava (noreste), Sofia (noroeste) y Vatovavy (centro-este), donde hubo inundaciones.
Además, unos 500 hogares y 55 escuelas han quedado totalmente destruidos, y más de 39.600 personas se han visto afectadas.
Estas cifras podrían seguir creciendo durante los próximos días, pues los servicios meteorológicos de Madagascar han advertido de que las fuertes lluvias persistirán en muchas partes del país insular.
El Gobierno malgache ha ordenado el cierre temporal de los colegios para impedir más accidentes.
Asimismo, las autoridades han levantado campamentos para alojar a las familias que tuvieron que abandonar sus casas.
“Por el momento, se han abierto 55 campamentos por toda Madagascar. Podemos aumentar el número de campamentos según la necesidad de cada región”, señaló Andriankaja.
Madagascar suele soportar cada año una temporada de tormentas tropicales que dura de octubre a abril y en ocasiones provoca muertos y daños materiales.
En febrero de 2022, al menos 120 personas murieron en el país por el impacto del ciclón tropical Batsirai, según la BNGRC.
Organizaciones como la Federación Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja (FICR) pidieron ese mes a la Unión Africana (UA) y la Unión Europea (UE) “una inversión urgente en acciones locales para combatir los efectos de la crisis climática” en Madagascar y en otras partes de África.
Los países de África, indicó la FICR, son responsables de sólo el 4 % de las emisiones mundiales de carbono, pero se ven afectados de forma desproporcionada por la crisis climática y la degradación ambiental.