Columnistas

Bardo. la identidad, entre la realidad y la ficción.   

Por José Antonio Medina Aguilar

PIENSO, LUEGO ESCRIBO

Por Akiles Boy*

En una estación de su rutina sabatina, Gabino recorría los puestos del Mercado Orgánico del pueblo. Un gentío se amontonaba en los reducidos pasillos para ver, tocar, degustar y una vez convencidos, comprar el producto, elaborado o cosechado en las mejores condiciones para el consumo humano, es decir, sin agentes contaminantes o conservadores que dañan el organismo. Con esa ilusión o decisión, acuden los lugareños, clientes cautivos de pueblos vecinos y turistas despistados, que son atraídos por los colores, olores y sabores emanados de estos exitosos mercados emergentes.

Pero hay otra función que cumple para Gabino ese eventual tianguis, se trata de uno de los mejores sitios para socializar. Este sábado, el encuentro con María del Refugio, en una mesita, devorando los antojitos que venden dos señoras ubicadas en el centro de la Galera, le ratificó la idea de que vive en un País diverso y complejo, al mismo tiempo que multiétnico y multicultural, lo de surrealista es un calificativo agregado hace muchos años.

Recordó que con Cuca, como les dicen a las registradas con el nombre de María del Refugio, coincidió en una pequeña comunidad urbana del bello pueblo cafetalero, esposa de un músico italiano miembro de la Orquesta Sinfónica de la capital, cuando la mayoría eran ejecutantes extranjeros, principalmente europeos, y en esa colonia habitaban también ingleses, estadounidenses y franceses, sin embargo, predominaban los que llegaron de la ciudad de México, en aquella diáspora de chilangos provocada por el terremoto de 1985.

Después de esa breve conversación con la originaria de Tlacotalpan, Veracruz,  Gabino hizo el ejercicio mental de armar el perfil simple de un mexicano común, dio un repaso de su carácter festivo, tolerante, hospitalario, además de ser creativo y trabajador. Entonces, se preguntaría  ¿qué le ha faltado como grupo social, para escalar a los más altos niveles de vida y desarrollo?, como sus dos socios de Norteamérica. En respuesta, rápidamente le circulan en su saturada y confusa memoria, ideas o argumentos leídos en libros y ensayos de reconocidos intelectuales mexicanos como Octavio Paz, Carlos Fuentes y Carlos Monsiváis.

Porque no es sencillo explorar y sacar conclusiones de los orígenes y componentes de la identidad nacional, de la manoseada mexicanidad, de las raíces y evolución de su cultura, de la idiosincrasia, y de la cosmovisión del mexicano, es decir, su manera de ver e interpretar el mundo. Por esa razón, resulta  arriesgada, la nueva propuesta cinematográfica del premiado cineasta mexicano, Alejandro González Iñarritu, “Bardo: Falsa Crónica de unas cuantas Verdades “

Estrenada a nivel mundial en el mes de octubre pasado, en los comentarios de la crítica, se encuentra de todo, desde la que abunda en elogios al guion y lo etiquetan como un biográfico del Realizador, hasta los más agrios y demoledores, que lo definen como un proyecto ambicioso que  no cumple su cometido. La historia, tiene como personaje central a Silverio Gama, interpretado por el actor Daniel Giménez Cacho, un exitoso periodista y documentalista mexicano, radicado en Los Ángeles, California, que regresa a su País después de muchos años. El retorno, se convierte en un acto nostálgico de introspección personal y familiar, pero también de exposición y cuestionamiento de algunos pasajes del pasado y del presente de la Nación Azteca, los primeros incidieron en sus transiciones sociopolíticas y culturales, y los segundos, que trastocan su dolorosa realidad actual, mostrando escenarios del narcotráfico y la desaparición de personas.

De cualquier manera, es de agradecer esta nueva experiencia cinematográfica de González Iñarritu, cuyo atrevimiento coloca otra vez en    la saludable polémica, un tema complejo y controversial, la identidad del mexicano y la interminable tarea de armar el rompecabezas para definirla, explicarla y entenderla. Hay quienes dicen que para entender la mexicanidad, no se tiene que acopiar razones, sino buscar en el absurdo, creo de eso proviene el recurrente adjetivo de surrealista, “donde la ficción se hace realidad”. Hasta la próxima.      

23 de Enero de 2023

*Miembro de la Red Veracruzana de Comunicadores Independientes, A.C.

*Miembro de la Red de Escritores por el Arte y la Literatura, A.C.