CAMALEÓN
Cuando el Partido Revolucionario Institucional proponía y repartía candidaturas- gran número de ellas “ganadoras”-, los medios de comunicación concentraban sus narrativas en ese entorno, poco se comentaba sobre las del PAN y del PRD. Semejante fenómeno sigue vigente, aunque ahora los reflectores enfocan a cuanto se hace y dice en MoReNa, el partido en el gobierno hacia donde han emigrado buena parte de oportunistas cuadros políticos en busca de ser postulados por esa organización política, con cierta garantía de triunfo. Es decir, el partido en el gobierno, de priistas y de MoReNa, se instituye como factor de poder electoral, lo cual no sucedió con el PAN cuando hizo gobierno federal. En esa lógica, para la elección presidencial de 2024 ya conocemos los nombres de quienes pueden ser candidatos de MoReNa: Claudia Sheinbaum, Adán Augusto López, Marcelo Ebrard y hasta Ricardo Monreal, según el orden de sus aparentes posibilidades, o mejor, según lo vaya a decidir el líder moral de esa organización política, tal cual era el método priista acompasado por el influjo de la presidencia imperial. No sucede igual en los partidos de oposición, donde pocos ruidos hacen, razón por la que se desconoce quién o quienes pudieran encabezarlos en la contienda electoral venidera. Suena patético, pero quienes se mencionan como precandidatos en la oposición no levantan expectativas, debido quizás a la muy silente actividad en el palenque de la competencia electoral. Figuras como Beatriz Paredes u Osorio Chong antaño habrían despertado gran interés, pero no ahora cuando los reflectores ya no iluminan esos lares. Y en Veracruz, se habla de las supuestamente desinfladas posibilidades de Rocío Nahle y de la alzada circunstancia del diputado Sergio Gutiérrez, con el padrinazgo de Adán Augusto López, también de Ricardo Ahued, a quien en su trayectoria política iniciada en la alborada de este siglo las oportunidades han llegado envueltas en ofrecimientos, sin buscarlas. Las incógnitas, en cambio, están en el lado opuesto, donde José Yunes Zorrilla parece ser el precandidato más avanzado, por su experiencia y trayectoria libres de toda mácula, y su compañero de partido, Héctor Yunes Landa ya inició un periplo por el territorio veracruzano, sin duda en la sequía política que caracteriza a la alianza partidista ambos representan precandidaturas competitivas, de las circunstancias prevalecientes en el PAN, donde Julen Rementería calienta motores, dependería la selección del candidato de Va por México. En esa esquina del cuadrilátero político se anota también el nombre de la alcaldesa de Veracruz Puerto, por su pertenencia a un grupo político que es factor de opinión en el PAN y porque todo es posible en el ámbito de la política, en donde impera con tozudo empeño la fuerza de las circunstancias. En ese contexto, actúa con enfática frecuencia la muy subjetiva tesis de “lo que no se ve, no existe”, porque el ruido forma parte medular de esta actividad, y no es errónea la frase: “que hablen de mí, aunque sea mal”, pues no por absurda pierde vigencia en el escenario de quienes aspiran a “sacrificarse por el pueblo” y saben que en la porosa mente colectiva penetran de manera indiscriminada las mentiras y las verdades.