Abriendo Brecha
El juicio a Genaro García Luna, exsecretario de Seguridad con Felipe Calderón, develará un gran número de situaciones en donde podrían exhibirse las grandes alianzas del gobierno con el crimen organizado, principalmente en los períodos de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto.
García Luna representa uno de los personajes más polémicos de los últimos años por su conexión con la delincuencia organizada, a partir de su posición como funcionario de alto nivel.
Serán 24 testigos los que tomarán la decisión de orientar un criterio en donde se le asignen varios años de confinamiento que podría llegar incluso hasta la cadena perpetua, a purgar en cárceles de los Estados Unidos.
Genaro García se hizo célebre por los teatros que montó sobre algunos secuestros, principalmente en el relacionado con Israel Vallarta y su novia Florence Cassez. Fue todo un aparato que, desde el espectro oficial, operó en perjuicio de grandes sectores de la población.
Llama la atención que cuando era funcionario tenía una excelente relación con las agencias de los EU, pero algo pasó que provocó su detención y ahora su eventual juicio que se llevará unas cuantas semanas, al término de las cuales se le dictará sentencia si se comprueba su connivencia con el hampa organizada.
No es casualidad que su exjefe, Felipe Calderón, se haya ido a España, por no utilizar otros términos, ante la precaución que un brazo de la justicia le pudiese alcanzar.
Todas las malas acciones de estos funcionarios que actuaron bajo la sombra del poder, como es también el caso de de Emilio Lozoya, exdirector de Pemex, ahora emergieron algunas declaraciones de su progenitora, quien implora al presidente de la república que se le exonere de los cargos, sobre todo porque ya ha denunciado al mayor número de funcionarios del sexenio próximo pasado.
Estará ahora en manos del juez correspondiente emitir la sentencia sobre este caso. Lo último fue sobre una cantidad que estaría dispuesto a pagar para resarcir daños por la empresa de agronitrogenados y por los sobornos que endilgó la empresa brasileña Odebrecht.
Estos sobornos, como bien se sabe, se orientaron para que los diputados aprobaran la reforma Energética, con lo que Odebrecht tendría una serie de privilegios en jugosos contratos.
Desde esta perspectiva, resulta lógico que tal reforma fue onerosa para el país, desde el momento mismo en que se produjeron dádivas millonarias a los diputados para que votaran a favor de la aprobación. De entrada, una reforma de este tipo ya iba viciada de origen, por atentar contra la soberanía del país.
ENORME PROPAGANDA
No existe una narrativa tan intensa y extensa en contra de un gobierno federal en la memoria del país. De acuerdo a información histórica, se habla que cuando llegó Francisco I. Madero al poder se desbordó una prensa con toda la furia en contra del nuevo presidente que había desbancado a Porfirio Díaz, quien duró en el poder más de 30 años.
Ahora, cualquier error es utilizado por toda una maquinaria bien aceitada que magnifica la problemática y la convierte en una enorme falla ante la opinión pública. Es evidente que los medios de comunicación masiva están en manos de los grandes intereses que han sido afectados en los últimos años.
Ellos, sin misericordia, realizan grandes campañas orquestadas que hacen tambalear al gobierno federal a cada momento.
Sin embargo, ahora la diferencia se encuentra en las redes sociales. Si no existiese tal instancia, seguramente los misiles que a diario lanzan los grandes diarios serían un blanco perfecto que abonaría de manera extraordinaria en el ánimo de la opinión pública nacional.
Empero ya no es así. A la par del desarrollo de las redes, han surgido un gran número de comentaristas y canales por Youtube que hacen una narrativa muy amplia sobre las acciones de trabajo y mediante esas comunicaciones se contrarresta en gran medida al poderío hegemónico de las grandes empresas de medios.
De igual manera, también han surgido periodistas que realizan una interesante labor informativa. Ahí está el caso de Álvaro Delgado, Alejandro Páez, Vicente Serrano, el Chapucero, México Informa, TV Oaxaca, Edy Smol y otras instancias informativas que, de algún modo, han equilibrado la información a favor y en contra.
La mañanera, por otra parte, también es una defensa obstinada cada día, donde el presidente emite sus opiniones y comentarios, bajo una argumentación, en ocasiones muy encendida.
Sólo así es como podría establecerse como una igualdad en la emisión de mensajes y contenidos. En contraste, sería muy difícil contrarrestar a esa gran prensa que en el pasado estuvo llena de privilegios y de contratos que, evidentemente, rebasaban también aspectos estrictamente informativos.
En estos últimos días destacan dos acontecimientos torales: el plagio de la tesis de la ministra Jazmín Esquivel, en cuyas críticas de la prensa derechista es verdaderamente arrolladora. Lo menos que piden es su cabeza, consecuencia de una tesis que no fue de su original autoría.
Y, por otra parte, la campaña realizada en contra de la jefa de Gobierno por los múltiples accidentes del Metro en los últimos días que todo hace suponer que hay sabotaje, pero que tiene que demostrar con hechos la Fiscalía.
No se le perdona a esta mujer que empezó a moverse antes de tiempo. Utilizó su tiempo libre para irse a realizar campaña electoral a varias entidades del país y ahora paga las consecuencias.
Por la mañana había inaugurado la línea 12 del Metro y, por la tarde, un vagón se había desprendido de su adhesión con otro vagón. Algo sumamente raro, que evidentemente huele a sabotaje, pero que por ahora sólo son conjeturas. Toda acción conlleva una reacción y no existe más que una guerra sin cuartel. La oposición habla de falta de mantenimiento. La jefa de gobierno, esgrime que los presupuestos se han incrementado cada año.
Y es que a estas alturas, la oposición sigue sin contar con un representante que realmente los lleve hacia el triunfo. A pesar que ahora se han unido nuevamente para contender en unidad en las gubernaturas de Edomex y Coahuila, la realidad es que las fisuras se siguen observando y será difícil que consoliden una acción conjunta, por la diversidad de intereses y porque sencillamente no se llegarán a entender.
¡Y hasta la próxima!.