CAFÉ DE MAÑANA
Se debe reconocer que hoy en hogares y oficinas públicas como privadas no hay dinero que alcance.
También se debe decir cómo reconocer que el armado desde la planeación del ciclo presupuestario que se construye en el sector gobierno -y toda entidad pública- tiende a organizar el ejercicio y control de los recursos anualmente, o sea, del 1o. de enero al 31 de diciembre.
De ahí que no se entiende ni justifica que obras, servicios y acciones el sector gobierno las inicie ya avanzado el año, pues la discusión y aprobación del PEF o llamado Paquete Económico es en la recta final del año previo o sea en este 2022 para ejercerse en 2023.
En lo federal, algunas dependencias ya sufrieron recortes en su gasto,- salud y educación, como ejemplo- aunque la SHCP dijo que hubo otras beneficiadas: SECTUR, CFE y SENER, dependencias con recursos adicionales en el primer semestre y es probable resulte igual en esta recta final de 2022. Se entiende en el caso de la Sectur, como respondable de construir el Tren Maya, a través del Fonatur, pasó de tener originalmente 31 mil 311 millones de pesos a 52 mil 212, es decir, 20 mil 901 millones de más, pero el tema es que “la planeación y proyección para el presupuesto” falló de manera gigante, casi el 40% y lleva a buscar reducir en otros sectores.
En el Estado y Municipios de Veracruz el y los recortes o ajustes a unos también han sido en beneficio de otros sectores “favorecidos” o sea, pareciera que “la no óptima planeación lleva a sospechar qué hay quizá instituciones de primera clase y hasta de segunda”.
En el quehacer público sólo hay “aptos y no aptos”, Planeación y programación del presupuesto debe recaer en manos de los primeros, y si no alcanza lo que se presupuesta nos dice que fue hecho por los segundos, así de simple.
Así pues, los anuncios relativos a la implementación de acciones llamadas “austeridad” y que se traduce en ajustes e incluso limitar viáticos de funcionarios, por citar un concepto del presupuesto, es una clara prueba de no estar apto para la administración pública. Y esto, llevaría a tener que hacer cambios como en el béisbol; un equipo o cuadro es el inicial y otro el que cierra, y ya comienza el final de un sexenio y no sólo de un ejercicio anual dado que 2023 se vuelve el último ejercicio ya que al 2024 se le denomina de campaña y elecciones.
Cuando hay recortes al presupuesto en el quehacer público nos dice que algo no funciona, pone en clara evidencia a un fantasma enmascarado de “ineficiencia e ineptitud” dado que no contar con los recursos suficientes para la operación se traduce en no haber hecho bien la tarea de planeación y programación. Y oír decir que recortan personal y tareas para garantizar aguinaldos y hasta las prestaciones anualizadas hace más que evidente lo dicho.
Ahora bien, el no captar los ingresos suficientes también nos dice que al menos debe revisarse el tema fiscal y de no hacerlo nos empujaría a problemas de mayores desajustes presupuestales así como, de desequilibrio económico. El termómetro de la austeridad con mala planeación, programación y control dice el semáforo de la administración pública que puede pasar del amarillo al rojo y así alejarse del verde.
Esperenos que el buen fin venidero y la derrama natural que mueve el cierre de año con aguinaldo y ahorros, se supere el pasivo anual acumulado y no vaya a resultar un resfriado muy mal atendido entre los aptos y no aptos.
UN CAFÉ CON DOBLE CARGA
Los titulares administrativos en algunas instituciones públicas y su estructura de recursos humanos, materiales, servicios generales, informática o similar, entre otras, aún cuando parecen no resultar muy aptos para sus encomiendas, ya cotizan y organizan reuniones post comparecencias con sus jefes ante el Congreso del Estado y hasta festejos pre y navideños. Para algunos conceptos, sí habrá; felicidades !
¡ ES CUANTO !