Dicen que las cosas deben reiterarse porque si no se olvidan…
En diciembre de 1952, el presidente Adolfo Ruiz Cortines envió al Congreso de la Unión una iniciativa con reformas constitucionales cuyo proceso había dejado inconcluso el gobierno anterior, la cual fue aprobada por el Senado de la República en septiembre de 1953.
El 17 de octubre de ese año fueron publicadas en el Diario Oficial de la Federación las reformas al artículo 34 constitucional y las modificaciones al diverso 115 que otorgaron el derecho al voto a la mujer y a aspirar a cargos de elección popular en todas las elecciones.
Sesenta y nueve años después el movimiento feminista mexicano recuerda con agradecimiento el activismo político en este rubro de Elvia Carrillo Puerto, yucateca de nacimiento, ella, fue parte del movimiento de mujeres mexicanas que luchaban por sus derechos políticos durante y después de la Revolución Mexicana.
Quien en 1919, durante el gobierno de Venustiano Carranza , viajó a la ciudad de México donde creó la Liga Rita Cetina Gutiérrez con la intención de lograr la inclusión del debate sobre el voto femenino en cámaras legislativas, no obstante fue ignorada en su pretensión.
En 1923 fue elegida diputada para el Congreso de Yucatán, convirtiéndose en una de las tres primeras mujeres en formar parte de un órgano legislativo en México, en una época en que las mujeres no tenían todavía el derecho al voto, sin embargo, fue obligada a abandonar su escaño tras el asesinato de su hermano Felipe Carrillo Puerto, entonces gobernador de Yucatán.
Elvia, lideresa feminista, política y sufragista mexicana luchó incansablemente por el derecho del voto de las mujeres hasta su obtención en 1953. Ahora, el Senado de la República cada 8 de marzo en conmemoración del Día Internacional de la Mujer, otorga un reconocimiento en su memoria, por su labor de “defensa, protección, ejercicio e investigación de los derechos humanos de las mujeres y de la igualdad de género en nuestro país.”
De cara a la conmemoración del 69º aniversario del reconocimiento constitucional del voto de la mujer y su derecho de ser elegida en procesos electorales, Alguien como tú está convencida que la agenda de igualdad de los géneros ha logrado apuntalarse como uno de los grandes pendientes de nuestros tiempos.
El ritmo que hemos logrado imprimir en esta tarea y los avances alcanzados, no está todavía al nivel de nuestras expectativas; sin embargo, el camino andado demuestra que hoy en día existe una mayor visibilidad y sensibilización de las desigualdades de género que prevalecen en los distintos ámbitos de la vida pública y en el espacio doméstico. Debemos redoblar esfuerzos en este sentido.
Una de las inquietudes que se perciben en esta lucha por la igualdad de los géneros, es el largo camino recorrido desde principios del siglo pasado y los aún muchos pendientes urgentes que deben atenderse en esta materia.
Cuanto más tiempo y recursos se apuestan en la agenda de igualdad, los resultados parecen menores, a pesar de estar posesionada como una prioridad nacional e internacional de primer nivel.
Mucho tiene que ver con que algunas y algunos que ostentan el estandarte de la lucha de la igualdad de los géneros, no lo hacen de manera convencida, utilizan el rubro para ganar votos en las elecciones o perfilarse como una buena opción para ocupar cargos públicos, lo que indefectiblemente coadyuva en el retraso de los avances en la materia.
Aunque existe mucho rezago en el tema, un avance es la visibilización del problema y su sensibilización. En nuestra sociedad ahora se percibe, se palpa la desigualdad. Apenas estamos logrando ver y entender la dimensión de este problema milenario, cuya magnitud había sido inexplorada, inatendida, desdibujada, simplemente era aceptada sin darnos cuenta, se veía normal.
Vamos avanzando, lentamente pero con certeza.
En la vida política se trata el tema de equidad de género, como un discurso atractivo a la sociedad para que aumente la credibilidad en los actores políticos, para ganar votos, pero, ¿En realidad las y los actores políticos están convencidas/os de lo que dicen? Más bien creemos que los motiva, “que nunca tendrán la comodidad de nuestro silencio otra vez”, y algo tienen que decir.
Un buen resultado electoral a favor de la participación de la mujer, fue el obtenido en julio de 2018, se logró la paridad en la participación femenina y masculina el Poder Legislativo Federal y de los Estados; la ciudadanía votó por la mujer, dio su voto de confianza para que con su presencia disminuyan los problemas de corrupción e impunidad y se ha sostenido dicha preferencia, los resultados de esa integración todavía están por verse, las féminas que los integran poca participación propositiva han tenido, solo algunas han destacado de manera brillante, seguimos en espera, no queremos imaginar que las demás son acosadas por la misoginia para mantenerse calladas volviéndose títeres del patriarcado. Patriarcado entendido como lo define Rita Segato “… nombre que recibe el orden de status en el caso de género…”.
El seis de junio de 2019, se publicó en el Diario Oficial de la Federación, el Decreto de la reforma constitucional en materia de Paridad entre Géneros. Esto significa que hoy por hoy es una obligación constitucional que exista paridad en la integración de las candidaturas, de las secretarías del Ejecutivo, a nivel Federal y local, del Poder Judicial de la Federación y en los Poderes Judiciales de los Estados, así como, en los Ayuntamientos y en la integración de los Organismos Autónomos.
La mujer mexicana del S. XXI ha obtenido históricos logros, inimaginables para nuestras abuelas y madres en el reconocimiento de nuestros derechos.
Aún así, las mujeres no queremos vivir en el festejo. Sigue pendiente la implementación de políticas públicas de aplicación real inclusivas de los géneros y grupos vulnerados en materia de salud, de educación, del trabajo, de tecnologías, para efecto de no violentar los derechos humanos de las personas y seguiremos desde nuestra trinchera impulsando y recordando estas responsabilidades a los órganos de gobierno…