Uncategorized

Otra mirada al mundo vegetariano

Por: Alberto Calderón P.

Existen infinidad de libros que hablan de las virtudes del mundo vegetariano, así como las 12 variantes que la conforman dependiendo de su dieta, todos los textos que encontramos están a favor de esta concepción alimenticia y de principios ideológicos, sin embargo, siempre es positiva una evaluación para analizar otros factores.

Aunado a esto se encuentran las recomendaciones médicas, los recetarios, yendo un poco más profundamente aparecen los principios sobre la vida y la muerte del reino animal. Mucha tinta ha corrido sobre el tema. Sus orígenes se remontan al siglo VIII antes de la era cristiana en el norte de la India, se instala posteriormente en el sur de Italia y en Grecia bajo preceptos religiosos y filosóficos que tienen como principio la no violencia hacia los animales y una sana alimentación, pero ¿es esto cierto?

Tomemos como punto de partida una fruta, la manzana. Si nos remontamos a sus orígenes encontramos que el registro más lejano que tenemos de ellas se encuentra en las montañas de Tiene Shan de Kazajistan como lo revelan varios estudios de la Universidad de California entre otras, sobre una de las frutas más populares en el mundo, en un principio era silvestre, agria, con una intensidad ácida, en sus orígenes al igual que muchas frutas eran incomibles para los seres humanos, este fruto evolucionó para atraer a la fauna y extender la dispersión y existencia de la especie. Muchas de las variedades de manzanas que llegan a nuestras mesas provienen de injertos no de semillas, esto nos lleva a concluir que no existe alimento del hombre en la naturaleza de forma “natural”, siempre lleva implícita la muerte de animales o plantas para la subsistencia del hombre, se escucha fuerte, pero es una realidad. Sean animales o plantas todas buscan su descendencia. Uno de los principios rectores del vegetarianismo nos dice que no comer algo que tenga madre, toda vida sobre el planeta la tiene de una u otra forma. No se piensa en los seres diminutos por no verlos, pero existen, sentirse del lado de los justos en la naturaleza cuando no se conocen los procesos como el ácido húmico, una de las principales materias orgánicas de la tierra, uno encuentra que la tierra no es una cosa es un millón de cosas vivas, descomponer la materia muerta de las plantas, los animales, los hongos y las bacterias poniéndolos a disposición para generar otras vidas. Uno de los principios ecológicos nos dice: alimenta la tierra no la planta, para la generación y crecimiento se requiere Nitrógeno, Fósforo y Potasio (NPK), el nitrógeno es el más importante, pero la tierra requiere estiércol, y materia orgánica, se inventó el nitrógeno sintético, ambos provienen de los animales, el sintético es muy dañino para la tierra.

El tiempo se agota, retornando a las manzanas, estas tienen sus necesidades de subsistencia al igual que todos los seres vivos, conocen sus fuentes alimenticias, por medio de sus raíces buscan los nutrientes que les darán vida y esta se encuentra en la cadena alimenticia donde nosotros también formamos parte de su subsistencia, de alguna forma nos comen como nosotros lo hacemos con ellas, somos ciclos de un festín sin fin.

[email protected]

Miembro de la Red Veracruzana de Comunicadores (REVECO).