Las empresas estadounidenses miran hacia Latinoamérica para reemplazar importaciones de China.
La disrupción en las cadenas de suministro ha llevado a que las industrias estadounidenses miren hacia Latinoamérica, especialmente a México, para seguir operando y reemplazar parte de los componentes que venían importando desde China.
La participación de mercado del país asiático en las importaciones estadounidenses fue de 15.3%, contra una cuota de 14.2% de México, la menor brecha tras la irrupción de la pandemia de Covid-19.
En términos absolutos, las exportaciones mexicanas a Estados Unidos fueron de 38,874 millones de dólares en abril, un alza interanual de 20.9 por ciento. A su vez, las ventas chinas al mercado estadounidense totalizaron 41,772 millones de dólares, un avance de 11.7% anual.
Ambas naciones son los principales proveedores de productos a Estados Unidos y enfrentan desafíos diferentes: China ha obligado a cerrar fábricas y restringir operaciones en puertos siguiendo su política de cero Covid, mientras que México se ha visto afectado sobre todo en su sector automotriz por la carestía de chips semiconductores.