Prosa aprisa
Bien, simple y sencillamente bien respondió el gobernador Cuitláhuac García Jiménez al pronunciamiento de su compañero de partido, aunque no de su corriente política, Jaime Humberto Pérez Bernabe, sobre el proceso para elegir la nueva directiva de Morena.
En conferencia de prensa expresó ayer que se mantendrá respetuoso tanto de los participantes como de su partido y se pronunció a favor de que no se haga uso de recursos públicos para cuestiones partidistas.
“He sido muy cuidadoso de expresarme no solo del partido del que provengo sino de todos los partidos respecto a sus actividades internas”, manifestó, lo cual es cierto.
También expresó que los funcionarios de su gobierno podrán hacer pública su postura política pero en eventos fuera de sus horas laborales y con sus propios ingresos, porque no permitirá que se desvíen recursos públicos.
Ofreció que en un domingo de julio, que bien podría ser el próximo, dará su posicionamiento en una plaza pública aunque no se redujo a la elección estatal sino, expresó, a lo que se está haciendo a nivel nacional, sobre las perspectivas “de nuestro movimiento”.
Habrá que esperar para saber en qué sentido se pronuncia, porque también dijo que “se habla mucho de los que podrían ser los candidatos o para candidata para 2024”, en clara alusión a las “corcholatas” presidenciales destapadas por el propio presidente López Obrador.
Dijo algo igualmente cierto: como militante de Morena tiene el derecho constitucional de participar en las cuestiones de su partido, los domingos, “en mis días libres, horas libres”.
Se mostró como un político mesurado
Al que vi y escuché ayer fue a un gobernador mesurado en un tema de su partido que desatará las pasiones: la renovación o formalización de la actual dirigencia; a un gobernador político, como debiera y se debiera comportar siempre, que no reaccionó en forma agresiva contra el diputado Pérez Bernabe o que no lo descalificó, como ha hecho en otros casos.
Don Jesús Reyes Heroles, tuxpeño, uno de los grandes ideólogos que ha tenido México, acuñó una frase que debiera servir de guía para casos como el que se presenta ahora cuando el gobernador ofrece que será respetuoso del proceso interno de su partido: a mi partido –decía nuestro ilustre paisano– mi voto y mi cuota.
Conforme a la ortodoxia política, Cuitláhuac, como líder político de Morena en Veracruz, debiera permanecer neutral en el proceso de renovación de la dirigencia estatal, ser solo el árbitro y erigirse como el factor de unidad, dándole el reconocimiento y apoyando a quien gane la dirigencia y resanando las heridas que queden para cerrarlas antes del gran proceso de 2024.
En Morena tienen una palabra casi sagrada: la causa. La causa, dicen ellos, por encima de hombres y nombres. La causa del presidente, la transformación que pretende, argumentan cuando uno se sienta a tomar el café con ellos.
Que lo mandaron a traer para pedirle que busque la unidad
Pero habrá que esperar ese domingo de julio que anunció para saber su postura. Por lo pronto, ayer no sacó los guantes ni se subió al ring, no abrió frente con los manuelistas, que hasta ganas dan de creer la versión que me dieron sobre su pasada visita al Palacio Nacional para hablar con el presidente.
De acuerdo a otra versión, no lo mandó a traer AMLO para ponerlo como camote por sus yerros o por como manejó el caso de José Manuel del Río Virgen, sino para recomendarle que no divida al morenismo en Veracruz; que, al contrario, una, que no tome partido por nadie, que no se le olvide que la división no los ayuda ni los ayudará ante el gran compromiso que tienen de cara al 2024, que ponga por encima la causa, su causa de ellos.
Solo los hechos nos irán diciendo si de eso se trató y se trata. Vamos a esperar.
El cuitlahuismo cierra filas en torno a Zepeta
Por su parte, la corriente cuitlahuista cerró filas en torno a Esteban Ramírez Zepeta para que sea elegido formalmente como el nuevo dirigente de Morena el próximo 6 de agosto. Afirman que hay plena coincidencia con él.
“Para qué tanto brinco estando el suelo tan parejo”, me dijo ayer una voz autorizada de esa corriente. Afirman que sus resultados han sido buenos y pidieron ir a la gran elección de 2021 cuando Morena prácticamente arrasó con todo: diputaciones federales, locales y presidencias municipales.
En cuanto a las elecciones extraordinarias en cuatro municipios de este año, a las que indirectamente se refirió el diputado federal Jaime Humberto Bernabe, me argumentaron que Morena se enfrentó prácticamente a todos los partidos de oposición, a “una alianza opositora de facto”.
“Aún así, la votación a favor de Morena en esas elecciones creció con relación a las realizadas un año atrás. Por ejemplo, según datos del PREP, en Jesús Carranza en la elección del 21 morena obtuvo 2,660 votos, en el 22 lo duplicó a 4,549. En Amatitlán, en el 21 obtuvo 1,478 votos y en el 22 creció a 1,594. En Chiconamel en el 21 obtuvo 396 votos, para el 22 lo triplicó al obtener 1,001 votos”.
Me dijeron también que Ramírez Zepeta alienta la formación de nuevos cuadros para enfrentar con éxito los retos que vienen, y me citaron el caso concreto del secretario de Organización de la actual dirigencia, Yair Ademar Domínguez
“La decisión del grupo del gobernador para que Ramírez Zepeta pueda enfrentar a quien se decida registrar además de él habla de que hay ya una ruta definida entre los cuitlahuistas, y que una vez que se pusieron de acuerdo, las posibilidades de triunfo para sus adversarios son mínimas”.
De su trabajo, me dijeron que cualquiera puede visitar sus redes sociales donde se ha venido dejando constancia gráfica de la gran labor partidista que ha realizado en toda la geografía estatal.
Algo que me llamó la atención también fue que para nada descalificaron a Pérez Bernabe, me dijeron que Ramírez Zepeta tiene respeto por todos los militantes de su partido, que reconoce el derecho que tiene cada quien a expresarse y a participar, y que cuando gane llamará a la unidad.
El ejemplo de Zenyazen
Otro que también se vio bien, y no quiero dejar pasar la oportunidad de comentarlo, fue el secretario de Educación, Zenyazen Escobar García, quien el lunes a muy temprana hora fue de los primeros que llevó a vacunar contra el Covid-19 a su pequeña hija Victoria, acompañado de su esposa Liliana López Coronado.
No tendría nada de especial si no fuera porque acudió como cualquier ciudadano, se formó, hizo los trámites igual que todos, no hubo trato preferente para él y se fue como llegó, sin ostentoso aparato de seguridad ni alarde de nada.
Lo significativo es que él estaba obligado a poner el ejemplo, más cuando está al frente de una institución con la que prácticamente tienen que ver todas las madres y los padres de familia, y más cuando al principio había resistencia de un buen número de llevar a sus hijos a inmunizar.
También se vio bien que no le dieran trato especial yendo el propio secretario de Salud a su oficina a vacunar a su niña, o enviándole una brigada especial a que lo hiciera, como lamentablemente se acostumbró en el pasado.
Pepe dio positivo, pero actúa responsablemente
El diputado federal Pepe Yunes Zorrilla dio también positivo a Covid-19 aunque sus síntomas son leves, pero ha actuado con gran responsabilidad: haciéndoselo saber a las personas con las que se reunió la semana pasada, mostrándole las copias de las pruebas que se estuvo haciendo en las que había resultado negativo, hasta ayer que dio positivo.
Concertación continúa trabajando
Ahora fue en Orizaba donde el fin de la semana pasada la asociación civil estatal Concertación Veracruzana celebró una reunión de trabajo, a la que acudieron representantes de los municipios de Mariano Escobedo, Ixtaczoquitlán, Ixhuatlancillo y Orizaba.
Como ya es habitual en esa organización, intervinieron Esaú y Denisse Uscanga Méndez, directivos, quienes convocaron a trabajar en unidad para buscar solución junto con las autoridades a las necesidades de las comunidades, además de que explicaron la agenda de trabajo que los mueve, así como las propuestas que traen y la oportunidad que ofrecen de participar en forma activa. También participó el presidente fundador, Jorge Uscanga Escobar.
