Opinión
Muy difícil definitivamente la posición que en este momento ocupa Alejandro Moreno, presidente del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del otrora invencible Partido Revolucionario Institucional (PRI). Que no debe considerarse solamente como el resultado de los últimos procesos electorales, en los que el Revolucionario Institucional ha perdido una cantidad considerable de las gubernaturas que gobernaba, sino qué siendo realistas, la situación de la posición de presidente, la ocupara quién la ocupara, se debe a varios factores más que vienen de tiempo atrás.
Factores qué por su cantidad y diversidad en la temática, debido a los más de ochenta años que el PRI ocupo la Presidencia de la República, son imposible de enumerar, aunque sí hay uno totalmente identificable: la corrupción.
Actividad o practica que principalmente durante el último periodo de gobierno priista, del ex presidente Enrique Peña Nieto, llegó a lo que se puede considerar su máxima expresión en cuanto a la conducta de gran parte de sus integrantes, desde servidores públicos federales de primer nivel, hasta los gobernadores de las entidades federativas.
Situación que en su momento fue y ha continuado siendo muy bien explotada por el ex priista fundador del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), Andrés Manuel López Obrador, en su provecho. Pero que solamente la ha utilizado en el discurso, pues en la práctica, su gobierno es igual o peor de corrupto que como lo fueron los priistas.
Independientemente del lastre que para cualquier actividad sea esta pública o privada representa la corrupción, sin lugar a duda fue de gran importancia para el priismo nacional, que los ex dirigentes integrantes del partido tricolor, convocaran a una reunión para analizar conjuntamente con el actual Presidente nacional lo que está pasando a su institución política. Ya que el tiempo esta corriendo y sino se toman a tiempo las decisiones correctas, el futuro de la existencia de su partido está en juego, independientemente de su participación en la alianza “Va por México”.
El resultado de la reunión ya se conoce. Lamentablemente no fue lo que se esperaba y todo quedó como estaba, sin conocerse hasta el momento si este resultado será para bien o para mal del tricolor. Porque seguramente habrá otras reuniones, las cosas no pueden quedar así. Aunque lo más rescatable de todo -para los priistas- fue el hecho de que se hayan reunido, así como también las opiniones de dos mujeres tricolores, inteligentes y con experiencia en la vida política nacional que son: Beatriz Paredes Rangel y Claudia Ruíz Massieu que dieron las siguientes opiniones: la alianza no debe ser solamente de tres dirigencias, sino también de cupulas del sector privado. Hay que llamar organizaciones sociales y sus líderes y también representantes ciudadanos. Debemos ser incluyentes. Usted qué OPINA, estimado lector. Como en la mayoría de los casos, las mujeres opinan y opinan bien. Hasta el lunes. [email protected]