La reforma educativa implantada durante el esquema económico neoliberal llevó a México -en nombre del libre comercio y sus avatares de rentabilidad mercantilista- a un proceso de erosión social que condicionó el desarrollo pleno de las capacidades de la ciudadanía. Por desgracia, su instrumentación en la vida pública nacional permeó también al ámbito educativo, donde se privatizó la enseñanza desde el nivel básico hasta el universitario.
La calamidad que supuso la pandemia de covid-19 acrecentó aún más la crisis educativa, misma que sigue vigente a pesar de la decisión oficial de retornar a la nueva normalidad. Siempre he sostenido que la ignorancia se transmuta indefectiblemente en acciones que van en detrimento de cualquier comunidad política. En este sentido, estoy de acuerdo con lo expuesto por Dora Villanueva, quien recientemente escribió para el periódico La Jornada que los países de América latina, incluyendo a México, exageraron en no retornar a clases, comparando nuestra realidad con lo llevado a cabo por varios países europeos. “En América latina se dio uno de los cierres de escuelas más prolongado en el mundo”. (La Jornada, viernes 3 de junio 2022, p. 17)
En Xalapa, a nivel universitario, El Colegio de Veracruz no dejó de trabajar ni de impartir clases presenciales, a pesar de las críticas tanto internas como externas; esto le confirió al Colegio una gran oportunidad de dar a conocer su enorme potencial académico y cultural.
Es urgente tomar una decisión política para dejar atrás el modelo educativo que tanto daño le hizo a la juventud mexicana. Aunque será difícil, no resultará imposible recuperar el tiempo perdido. En El COLVER, desafortunadamente no hemos podido hacer que los estudiantes participen activamente en los programas y foros que la institución hace con mucho esfuerzo. No obstante, seguiremos remando contracorriente para asegurar que la misma política instaurada hace dos años signifique un avance y sea ejemplo de la Nueva Escuela Mexicana.
