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Un capítulo más de la educación en México

Por Luis Humberto Muñoz Vazquez

Panoramas de Reflexión

            Hace algún tiempo platicaba relajadamente con una amiga, ella me preguntaba por qué la Sociedad de padres de familia de la que forma parte su hija, se vio en la necesidad de brindar hospedaje y sustento a la maestra del jardín de niños donde asiste su nieta. De tal manera que, una familia le brinda el hospedaje y las demás familias se rotan diariamente para darle alimentación tres veces al día. A lo que yo le contesté que seguramente también le paguen su sueldo.

            El asunto no es para extrañarse tanto. En esta región al igual que en todo el país, abundan las escuelas donde aún no se han creado las plazas necesarias para cubrir las vacantes que también abundan. Por ejemplo, me imagino que en algunas colonias, dada la creciente tasa de natalidad persistente, se hace necesaria la creación de escuelas, al menos de niveles pre-escolar y primaria, para satisfacer las necesidades de la población estudiantil. Al respecto, y mientras no se apruebe tal creación, algunas escuelas debido a fuertes presiones de los padres de familia, se han visto en la necesidad de formar nuevos grupos en sus planteles, siempre y cuando las sociedades de padres de familia absorban los gastos necesarios que genera la intervención de una nueva educadora de pre-escolar o de un maestro de primaria, solicitados de alguna inspección que darán clases a los nuevos grupos que se formen. Asimismo, es práctica muy común que en algunas primarias rurales, los padres de familia contraten por su cuenta los servicios profesionales de algún profesor de educación artística, de educación física o de alguna educadora de pre-escolar, para complementar la formación académica de sus hijos. Por otra parte, de las Escuelas Normales de todo el país, año tras año egresan cantidades enormes de nuevos maestros, todos profesionistas que cuentan con los perfiles vocacionales necesarios para cubrir las diversas plazas que aún no se crean, todas necesarias, y están ávidos de lograr colocarse para empezar a trabajar. Es decir, maestros si hay, lo que no hay son las plazas suficientes. La educación en México padece de serias deficiencias. La pregunta que cabe aquí es: ¿por qué no hay plazas suficientes? Esto habría que preguntárselo a la Secretaría de Educación Pública y al Sindicato Nacional de los Trabajadores de la Educación (SNTE). Las respuestas, si acaso tenemos la hipotética buena suerte que nos las respondan, serán como siempre lo hacen; a la típica manera del gobierno, respuestas “políticas”, demagógicas, plagadas de retórica, elocuentemente adornadas, que sé yo, pero eso sí, muy variadas y todas lejos de la realidad. No hace falta conocer de cerca el medio para darnos cuenta de la corrupción que ha seguido permeando por los siglos de los siglos, en la educación y en todos los demás sectores del inmenso aparato burocrático en que se compone la Administración Pública de nuestro país, en la mayoría de sus niveles. Las cosas no pueden cambiar de golpe, sino gradualmente.

            Creo que ya me fui demasiado de la boca, de la pluma, pero esto que les comento está en la mente de todos; de muchos padres de familia con hijos pequeños y adolescentes que cursan en diferentes niveles escolares; de muchos maestros recién egresados que hacen fila en todas las secciones sindicales del país; de muchos ahijados de padrinos políticos, que ya cuentan con medio pie adentro. En fin, en la mente de todos los mexicanos preocupados por la situación general actual que estamos viviendo. ¿No lo cree usted así amigo lector? Piénselo un poco. Que tenga un buen día.

Luis Humberto.

Integrante de la Red Veracruzana de Comunicadores Independientes, A. C. (REVECO).