Dante Delgado ha demostrado con creces fortaleza de ánimo y sensibilidad política en su ya largo desempeño en el ámbito de la cosa pública; como el Ave Fénix superó el trago amargo de su reclusión en Pacho Viejo, se levantó y formó un partido político a través del cual influye y participa en el devenir de la evolución política de este país. En esa tesitura ahora anticipa un triunfo electoral de su partido en pos de la presidencia en 2024, lo cual invita a la interrogante ¿Será? Hasta ahora, Movimiento Ciudadano navega en paralelo con la alianza opositora, con ella hace sinergia en el Congreso Federal y juntas integran un bloque opositor al gobierno de López Obrador, no así en materia electoral pues Dante pretende una candidatura ganadora en su partido. Pero, mientras la alianza busca sin encontrar un candidato con perfil competitivo ¿Movimiento Ciudadano lo tiene en Colosio y Samuel García? No parece ser así, por el momento, salvo que una de esas cartas tenga un inusitado crecimiento lejos de lo anodino actual para la dimensión del caso. Es manifiestamente obvio que de esta fecha a finales de 2023 o principios de 2024 habrán de ocurrir acontecimientos capaces de variar las circunstancias, lo mismo en el gobierno federal que en Morena, en los actores políticos y en las condiciones socioeconómicas del país. En ese devenir estará la ocasión para vislumbrar el proceso sucesorio de México. Por el momento, nada para nadie, la expresión de Dante queda en deseo optimista, aunque la ventaja es para Morena.
Dante y sus circunstancias
Por Alfredo Bielma Villanueva