Uncategorized

El trabajo.

Por Luis Humberto Muñoz Vazquez

Panoramas de Reflexión

            La última vez que estuve platicando con un buen amigo, ejecutivo de una conocida institución financiera, lo noté preocupado, francamente muy preocupado por las nuevas políticas internas de su compañía dirigidas hacía el personal. Fue testigo del despido legal de tres compañeros con más de diecisiete años de servicio por no alcanzar las nuevas metas propuestas, me comentó.

            Yo le contesté, elucubrando un poco, que el verdadero motivo de la empresa para despedirlos fueron tal vez los años de servicio que ya tenían con la organización y no el incumplimiento de los metas propuestas. Desafortunadamente, la mayoría de las compañías en nuestro país recurren a miles de ardides perfectamente elaborados para deshacerse de empleados con ya muchos años de servicio por diversos y muy variados motivos. Muchos grandes consorcios arguyen que el aspecto que proporciona la edad de un empleado, es determinante para la imagen que desea proyectar a sus clientes, por lo que prefiere valerse de caritas jóvenes, sonrientes y bonitas, o guapos, en puestos de atención al público y que además, obviamente, estén bien capacitados para desempeñar esos puestos; por lo que también invierten considerables sumas de dinero en reclutamiento, selección, capacitación y motivación de su personal. Otro motivo es que entre más años de servicio alcance un empleado, más fuerte, en términos monetarios, será su liquidación en un futuro inmediato. Los corporativos de hoy se han tornado más fríos e inflexibles, pues han dejado de lado el factor humano; en lugar de promover a puestos más altos a empleados de alto desempeño, prefieren renovar su plantilla. Dígame usted ¿Qué va a hacer en la calle una persona con más de cuarenta años de edad, que durante más de quince o veinte años o más, se ha desempeñado en un mismo ramo de actividad? Es cierto que tendrá varias opciones, pues saldrá legalmente indemnizado, pero el dinero obtenido no garantiza el éxito si emprende un negocio propio. ¿Quién lo va a contratar si la mayoría de las firmas establece límites muy estrictos con respecto a la edad? Cuando alguien ronda los cuarenta debe preocuparse por mantenerse en su empresa si es empleado, pues de lo contrario, se expone a serias dificultades para encontrar un nuevo trabajo. Es cierto también que el comportamiento y desempeño de un empleado debe ser intachable, eso le ayudará a cuidar su trabajo, pues hay quienes teniéndolo, pisotean sus derechos como si no les importara perderlos. Pareciera que esta vida estuviera llena de desigualdad e inconformidad. El que tiene trabajo pareciera no desearlo, no necesitarlo y el que no lo tiene, ansia obtenerlo o recuperarlo. Lo mismo pasa con las madres que abandonan a sus hijos, mientras existen muchas mujeres que anhelan embarazarse. Aunque no lo parezca, en el universo hay armonía, lo que sucede es que no a todos les interesa entrar en sintonía con él.

            La vida es subjetiva, personal, y cada quien la vive como mejor le place, y las decisiones que cada quien toma en ella, deben estar de acuerdo a su proyecto de vida, a su manera muy particular de vivirla; sólo que debe tenerse cuidado de no cometer excesos que rayen en la ambición, en la mediocridad, en la envidia, en el egoísmo, y muchas otras pasiones, pues los errores que se cometen se pagan muy caros. Cuide su trabajo, cuide su patrimonio, las oportunidades son escasas. ¿No lo cree usted así amigo lector? Piénselo un poco. Que tenga un buen día.

Luis Humberto.

Integrante de la Red Veracruzana de Comunicadores Independientes, A. C. (REVECO).