Panoramas de reflexión
No olvide usted jamás tratar de mejorar su actitud para con los demás. Una buena cara siempre hablará bien de usted, y si la mantiene ante todas las adversidades, prolongará su buena imagen que proyecte hacía los demás, lo que a la vez siempre le traerá buenos dividendos en todas sus relaciones laborales y afectivas.
Con esto no le estoy queriendo decir que siempre se valga de la hipocresía o la compasión para avanzar en todas las metas que se haya propuesto alcanzar en su vida, sino que sea sincero y honesto en su modo de proceder con los demás. No finja su actitud, un desenvolvimiento hipócrita y nocivo jamás le traerá buenos resultados en su vida, y eso lo reconocemos siempre en nuestro interior; sin embargo, a veces recurrimos a la hipocresía por venganzas o arrogancia, que tampoco nos traen nada bueno a nuestra vida, y por otros múltiples modos indignos de proceder que almacenamos en nuestra inquieta cabecita. De cualquier forma, sabemos de antemano que la honestidad, las buenas costumbres y una moral intachable, son los únicos recursos de que podemos valernos si queremos avanzar digna y favorablemente por los arduos senderos de una vida activa y llena de oportunidades. Una destacada preparación profesional le complementaría adecuadamente todos sus esfuerzos. En la actualidad, cada vez existen menos oportunidades de desarrollo en el ámbito laboral para gente con actitudes conformistas y mediocres, sin ganas de progresar, sin ánimos de crecimiento. El mundo ahora y siempre sigue siendo de los audaces, de los triunfadores, de gente con iniciativa, de gente abierta a cambios radicales y complejos, de gente sana física y mentalmente y siempre dispuesta a trabajar. Hace algunos días me comentaba un buen amigo médico que trabaja en el hospital del Seguro Social de Martínez de la Torre, que la gente que acude a consulta externa y requiere de incapacidad laboral para mejorar su salud disminuida por alguna enfermedad delicada, prefiere no aprovecharla por temor a perder su empleo, pues muchas empresas están adoptando la actitud de prescindir de los servicios del personal que manifieste frecuentes alteraciones en su salud. Esto no es nada nuevo, sólo que ahora sucede con mayor frecuencia.
Cuide su salud, modifique su actitud, no sea hipócrita y deshonesto con la gente que le rodea y consigo mismo; cuide y conserve su empleo, a su familia y a sus amigos, el horno no está para bollos ahora, y en esos menesteres jamás lo ha estado. La actual situación económica y familiar nos exige un complejo y sofisticado desempeño en todas nuestras actividades cotidianas, impregnado de actitudes positivas si en verdad deseamos mejorar nuestro propio nivel actual de vida. No sea terco ni empecinado, modifique su actitud por convicción y no por conveniencia. ¿No lo cree usted así amigo lector? Piénselo un poco. Que tenga un buen día.
Luis Humberto.