Prosa aprisa
Anoche, a punto de cerrar la columna, el Comité Ejecutivo Nacional del PRI prerregistró como sus precandidatos a las diputaciones federales por mayoría relativa a la doctora Nereyda Santos Hernández por el distrito 12 de Coatzacoalcos y al exdirigente estatal Adolfo Mota Hernández por el distrito 8 de Xalapa Rural (en alianza con el PAN y el PRD). Se esperaba que más tarde hiciera lo mismo con Américo Zúñiga Martínez (en alianza) por el distrito 10 de Xalapa Urbano.
Quedaba pendiente el registro del actual alcalde de Orizaba, Igor Fidel Rojí López (en alianza), para ir por ese distrito (15), para lo cual estaría por solicitar licencia para separarse de su actual cargo. En tanto en el distrito IX con cabecera en Coatepec, que comprende Perote (en alianza), se definía entre Jhony Domínguez, actual alcalde de Atzalan, el más competitivo, Juan Francisco Hervert, alcalde de Perote, y la secretaria general del Comité Directivo Estatal, Arianna Ángeles Aguirre, la menos competitiva, de acuerdo datos que tiene “Prosa aprisa”.
Por otra parte, se da por hecho que si acepta participar (hasta ahora tiene la decisión personal de no hacerlo, pero dejó abierta la posibilidad de aceptar luego de que dialogue con sus dirigencias, según me confirmó el viernes pasado), el exsenador José Francisco “Pepe” Yunes Zorrilla será el candidato a diputado federal plurinominal a invitación personal del dirigente nacional Alejandro Moreno.
Nereyda está totalmente identificada con la corriente de Fidel Herrera Beltrán, por lo que de hecho es una posición para el exgobernador; Adolfo y Américo son propuestas directas del dirigente nacional Alejandro “Alito” Moreno; y Rojí llega con el padrinazgo del exalcalde Juan Manuel Diez Francos y del dirigente estatal Marlon Ramírez Marín.
Américo, posible candidato a alcalde
No obstante su prerregistro, quedó abierta la posibilidad de que Américo sea el candidato tricolor a la alcaldía de Xalapa si no se concreta la alianza PAN-PRI-PRD en la capital del Estado, lo que pinta muy incierto el futuro del exalcalde David Velasco Chedraui, pues en el PAN dan por hecho que la candidatura la ganará en elección interna el diputado local Sergio Hernández.
Y viene “Alito” al acto agrario
Por otra parte, el dirigente nacional “Alito” Moreno vendrá a reforzar a su partido en el Estado encabezando el acto conmemorativo de la primera Ley Agraria del país, del 6 de enero de 1915, que esta vez tendrá lugar en el edificio del comité municipal en el puerto de Veracruz, desde donde se transmitirá en forma virtual, pero a la que asistirán las dirigencias nacionales partidistas y de la Confederación Nacional Campesina.
Dorheny pondrá a prueba la fuerza política de Cuitláhuac
Si en 2020 el gobernador Cuitláhuac García Jiménez obtuvo un resonante triunfo político, temporal, con su Reforma Electoral –aprobada en mayo– y un rotundo fracaso cuando se la echó abajo la Suprema Corte de Justicia de la Nación –en noviembre–, 2021 lo iniciará exponiéndose a un serio revés que le pueden infligir sus propios correligionarios partidistas.
Desde mediados del año pasado está empeñado en que su media hermana (según versiones de adentro mismo del Palacio de Gobierno, pero también de la diputación local morenista) la diputada federal Dorheny García Cayetano sea la candidata de Morena a la presidencia municipal de Xalapa.
Tan empeñado está el hombre que la primera actividad que tuvo el primer día del nuevo año fue realizar un recorrido para supervisar obras que se realizan en la capital del Estado, con Dorheny, por supuesto, aunque también con la diputada local Rosalinda Galindo, otra aspirante, que podría ser su plan B. Fue un abierto acto de precampaña, aunque bien disfrazado por la representatividad legislativa que tienen las dos mujeres. Le interesaba mostrarlas y lo de la supervisión fue un buen pretexto, solo eso, porque ni siquiera invitó al alcalde Hipólito Rodríguez.
Pero a diferencia del PRI, en Morena las candidaturas se decidirán por encuestas entre su militancia, que estarán bajo la responsabilidad y serán supervisadas y aprobadas por su Comité Ejecutivo Nacional, esto es, no habrá dedazo del gobernador ni de nadie más. Incluso, puede que sean determinantes la experiencia y trayectoria de los aspirantes.
Luego entonces, el gobernador está obligado a sacar adelante a su familiar, ya que si no lo logra dará muestras de debilidad política en pleno proceso electoral y a solo cuatro meses de las elecciones, lo que será una mala señal para su partido.
No la tiene fácil porque hay un aspirante no solo con bastante experiencia política –además de administrativa– sino con amplia trayectoria, activista de muchos años, que tiene luz propia y que no necesita que lo carguen ni su partido ni el gobierno: Juan Vergel Pacheco, quien también desde el año pasado recorre colonias y se reúne con representativos de los más diversos sectores y grupos sociales de Xalapa.
De los tres (internamente se da por hecho que esa será la terna final), incluso sería el más competitivo para enfrentar al panista Sergio Hernández, a la ucetista (así se hacen llamar los de Unidad Ciudadana) Cinthya Lobato e incluso a David Velasco si finalmente lo postula algún partido, los tres mejor posicionados de la oposición.
Supongo que Dorheny tiene calculado el riesgo de que no pase, pues se registró para repetir como candidata a diputada federal, aunque seguramente desconoce la normatividad de su partido, pues ella está impedida porque ese derecho no le corresponde a los plurinominales y ella lo es. A lo que sí tiene derecho es a que su nombre entre en la tómbola y la bolita con su nombre gire y gire y gire sin ninguna seguridad de que salga.
Y lo cierto es que hasta ahora la joven diputada federal no levanta y tendría que hacer algo verdaderamente extraordinario para obtener la candidatura. Una derrota suya en la encuesta interna (a finales de este mes, o a principios de febrero) será una derrota política para el gobernador, lo que no será buena señal para dos acontecimientos más, relevantes, que tendrán lugar este año.
El 6 de junio estará en juego no solo el poder político, el control de los congresos federal y local, sino, en el caso de Veracruz, la permanencia de Cuitláhuac al frente del gobierno, que determinará el resultado de la elección, aunque si lograra pasar esa aduana, en diciembre cien mil veracruzanos inscritos en el padrón electoral con su firma podrían llevarlo a una consulta de revocación de mandato que tendría lugar en marzo del próximo año.
Hasta antes del actual gobierno, un gobernador nunca perdía en una encuesta, siempre lograba su objetivo, esto es, nunca era un perdedor, siempre un ganador, y los veracruzanos se quedaron con esa idea fija. Si la militancia de su partido lo derrota, será el acabose para él. De ese tamaño es el reto que tiene enfrente, aunque él mismo se metió en el brete por tratar de imponer a su familiar.
Elizabeth y su intento de agandalle
La ambición política no tiene –nunca ha tenido– límites. Lo acaba de ejemplificar, una vez más, la exalcaldesa, ahora expriista (se supone), Elizabeth Morales García, quien utilizó como punta de lanza a la exsíndica (se supone que ahora también expriista) Michelle Servín González.
Con la complacencia o en contubernio con el secretario general del comité estatal de Morena (que no en funciones de dirigente, me aseguran morenistas de cepa), Gonzalo Vicencio Flores, el 30 de diciembre pasado intentaron dar un albazo y posicionar a la expresidenta municipal como virtual candidata de Morena a la alcaldía.
Para ello armaron una supuesta toma de protesta a integrantes de, según ellos, 254 comités seccionales morenistas, en un acto que tuvo lugar en el salón Ghal, que llenaron con acarreados (Michelle Servín pagó hasta 500 pesos a taxistas que les llevaran dos personas), al más puro estilo tricolor.
Pero resulta que en Morena no existe la figura de comités seccionales, sino que se llaman Comités de Cambio Verdadero y ahora migran a Comités de Defensa de la Cuarta Transformación, Vicencio no tiene facultades para instalar ningún comité y ni Elizabeth ni Michelle están afiliados a Morena, por lo que los verdaderos morenistas creen que no fue más que un acto propagandístico de la exalcaldesa para hacer creer que ella es la única que puede retener para Morena la alcaldía (Servín supuestamente rindió protesta como integrante del “comité seccional” de Xalapa) .
Paralelamente, la mujer se promovió en algunos medios presumiendo ser amiga “cercana” del dirigente nacional Mario Delgado, a quien habría pedido la oportunidad de ser la candidata, aunque golpeando también a la candidata del gobernador.
Sus promotores hicieron circular la versión de que “no se ven perfiles con experiencia y con posibilidades de mantener para Morena la capital del Estado”, porque “el grupo de Cuitláhuac García Jiménez no preparó a nadie y su media hermana Dorheny García Cayetano no levanta en las encuestas pues como diputada federal no hizo nada por Xalapa y ha sido de las más grises legisladoras de su partido”.
También que: “La mayoría de los aspirantes de Morena a ser alcaldes, se dedicaron robar, a colocar a sus familiares en cargos públicos y en (sic) disfrutar la nueva vida de ricos que ahora tienen. En los hechos no se ven resultados ni cambios, empezando por las acciones de Cuitláhuac García Jiménez y su grupo”.
Dorheny enfureció y se le fue a la yugular
El oportunismo de la exalcadesa prendió a Dorheny García Cayetano, quien se quejó ante el gobernador, quien le ordenó que cargara con todo en contra de la expriista y por ello, sin ningún recato ni delicadeza, en tratándose de mujeres, salió a declarar que los verdaderos morenistas no iban a permitir que “Elmo” volviera “a robar” a Xalapa.
Recordó que los trabajos de organización municipal ni siquiera han comenzado, que el proceso interno lleva una agenda que nadie puede trastocar, además de que todavía no hay una convocatoria para iniciar los trabajos, por lo que exigió respeto… “es por eso que los criminales que se están autonombrando, por más que le levanten la mano a algunos atarantados, Elmo no va”.
Remató: “La prisa de Elizabeth Morales García por mostrarse como una militante por Morena es porque sabe que solo así podría ganar, pero sus antecedentes son nefastos en la administración pública”.
Algo que no había ocurrido en el gobierno de Morena, por fin lo logró Elizabeth: unificarlos, ¡pero en su contra!, y de paso ahondó la tensión en la disputa por la dirigencia estatal. Morenistas de sangre guinda me dijeron ayer que con el intento de agandalle de una extraña y el contubernio del supuesto dirigente estatal, quedó de manifiesto la urgencia de que se nombre a un dirigente formal.
Mientras, en el PRI se quedaron con los ojos cuadrados, pues la exmunícipe no tuvo siquiera la atención de informarles que ya había cambiado de chaqueta y que intentaba socavarlos y llevarles la contra.