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VERACRUZ: tierra de orgullo, riesgo, vulnerabilidad y esperanza. (I)

Por Romeo Gónzalez Medrano

DESPERTAR  A  TIEMPO

Orgullo ¿de qué? de lo que es su identidad, gran parte escrita en El Himno a Veracruz. Tierra de riesgo de huracanes y tormentas, lo más frecuente. ¿Vulnerables? las mayorías de siempre, los de abajo, los de atrás y marginados del buen vivir, en el sentido andino, no en el del Banco Mundial. Tierra de esperanza, sí en el cambio verdadero que apenas empieza a barrer escaleras y ya cuenta con una oposición unida por viejos lazos sin más proyecto que volver al poder para recuperar privilegios.  

Hace unos días, una amiga me invitó a escuchar la comparecencia ante la H. Legislatura del Estado de la Dra. Guadalupe Osorno Maldonado, titular de la Secretaria de Protección Civil de Veracruz. Gracias a mi formación académica (Ciencias Políticas en la UNAM) y las experiencias de casi medio siglo de servidor público, he cultivado el hábito de reflexionar, escribir y publicar opiniones, comentarios o análisis sobre temas públicos. 

Somos la suma de lo que hemos vivido, dijo el filósofo alemán. Como a todos, en ocasiones las vivencias dejaron en mí, además de huellas y recuerdos imborrables, una predisposición y adicción al pensamiento crítico. Jamás escribí un elogio sin al menos una reflexión crítica, ¿y por qué habría de ser de otra manera si toda obra humana es perfectible? Por pensar así fui reprimido por un presidente de la república y por un exgobernador de Veracruz, nunca merecí la confianza de los hombres del poder neoliberal (lo cual es otro motivo de orgullo) y gocé solo de la libertad del burro, como consta en cientos de artículos. Hoy que ya no siento esa censura ni la amenaza de quedarme sin empleo indispensable para la sobrevivencia, (a ver si el Dr. Hipólito no me da la sorpresa) me queda el hábito de la reflexión crítica, mi orgullo, que en este confinamiento sirve de oxígeno a mis neuronas, y quizá le sirva a alguien más. No lo sé ni me preocupa, escribo y publico porque hacerlo da paz a mi conciencia, lo mejor para dormir bien. Así ha sido toda mi vida y así serán el resto de mis días. 

Con estos íntimos y prolongados antecedentes, acepté la invitación y me dispuse a escuchar el video y ver la información complementaria que amablemente me hizo llegar mi amiga Carola Viveros. Luego percibí el estilo pragmático de la funcionaria y su equipo; al respecto cabe hacer notar que, a diferencia de la réplica presidencial en las mañaneras, la mayoría de las declaraciones o informes institucionales omiten contexto histórico y perspectiva o sea referencias que ayudan a ubicar, comparar (que no somos iguales) valorar y regenerar esperanza. Por ejemplo, hace un momento escuché un noticiero informando del desbordamiento – una vez más – del Rio Agua Dulce que inundó por completo al municipio del mismo nombre. Se dice que hay más de 10 mil damnificados. Al instante recordé que esto lo hemos visto ya varias veces; le ha pasado a Veracruz con todos los ríos que atraviesan su territorio e incluso las principales ciudades en un modelo de asentamiento sin respeto por los ríos. ¿Hasta cuándo va a seguir esto? Me pregunté.  ¿Cuál es la lección que no hemos aprendido los veracruzanos? Regreso al tema de la comparecencia de la Dra. Osorno. Mis respetos para ella, servidora pública responsable de coordinar los esfuerzos a lo largo del estado que llevan auxilio a municipios y comunidades que han sido afectadas por diversos fenómenos. ¿Qué opinar sobre esto y con qué propósito?, me dije. ¿acaso más de lo mismo de que ya dieron cuenta los medios que solo reproducen boletines? Costumbre de difusión poco o nada creativa, tanto de parte de emisores como de medios y sus representantes, parte de la vieja cultura protagónica y paternalista que sigue entre nosotros. Con este cuestionamiento empecé los primeros párrafos que describen mis impresiones personales sobre la compareciente. Desde el punto de vista del “deber ser” establecido en la Ley de Protección Civil y la Reducción del Riesgo de Desastres para el estado de Veracruz de Ignacio de la Llave (actualización 4/feb/19) mi primer comentario es de reconocimiento y de preocupación.  De lo primero porque a mi juicio y el de casi todos los diputados presentes en la sesión, la dra. Osorno y su equipo, lo merecen. En el recinto legislativo, la funcionaria dio a conocer el titánico esfuerzo de una dependencia que empezó de cero, o sea como la dejó el tornado de vándalos y saqueadores de los gobiernos neoliberales. No obstante, una cosa es cumplir y otra quedar satisfecho y hay razones para sospechar que la esforzada secretaria no está satisfecha como supongo que tampoco lo está el gobernador ya que nadie corrige en 24 meses lo que se torció por décadas y menos cuando se gobierna por primera vez y en las condiciones más adversas. Eso vuelve aún más grande el mérito del trabajo realizado con austeridad y con los recursos disponibles autorizados por el Congreso, muy precarios por cierto si se comparan con los miles de millones de pesos que suman los presupuestos gestionados por exgobernadores ante el FONDEN, que por lo menos llegaron incompletos a su destino (o nunca llegaron) y aun cuentan con carpeta de investigación en la FGR y en la ASF. Muy bien, pensé, la honestidad es punto de partida que marca la diferencia entre los gobernantes, aunque también hay que admitir que no lo es todo. Entonces me pregunté ¿en dónde está lo trascendente de este quehacer realizado ahora por la SPC, en ocasiones heroico? ; continuará