Colombia.- Un abuelo de nombre Lucio Chiquito Caicedo que vive en Medellín, Colombia dio un buen uso a su tiempo en cuarentena por coronavirus para al fin, después de 30 años terminar la tesis.
«Nunca es tarde» es uno de los lemas vitales más repetidos pero que cuestan más de aplicar. Cuando llegás a cierta edad da pereza o faltan fuerzas para empezar algo de nuevo. Este no es el caso deLucio Chiquito Caicedo, un abuelo colombiano de 104 años que recién terminó su tesis doctoral después de 30 años de haberla empezado.
Este centenario ingeniero aprovechó la cuarentena por coronavirus para encerrarse en su casa de Medellín y terminar tres décadas de estudio. Además, gracias a sus observaciones halló una fórmula matemática que permite calcular el caudal óptimo de un río para producir energía eléctrica. Un enigma con más de 200 años de antigüedad.
«Mi tesis consiste en determinar la cantidad máxima de agua que se puede sacar económicamente de un río para energía o para cualquier otra cosa». Un sueño que fue postergando en distintas ocasiones, hasta que finalmente tuvo el tiempo y las energías para concretarlo.
En cuanto pueda presentará su tesis en la Universidad de Manchester, donde se graduó en 1947 y empezó en el mundo de la investigación hidráulica. No obstante, no sería hasta los 73 años que empezaría la tesis. Nació en 1916, en plena Primera Guerra Mundial, y llegó a Inglaterra en el 1943, cuando los nazis bombardearon el país británico en la Segunda.
Sin embargo tiene en claro que su vida académica todavía tiene más para dar. «Yo no estuve desocupado nunca, siempre tuve trabajo para hacer», expresó y ahora busca mejorar en inglés y alemán.
Aunque su vigencia y buena salud no se basa unicamente en el estudio. «Caminé mucho, más de 50 años estuve haciendo ejercicio caminando debido al trabajo de campo«. Algo que según destacó fue muy importante para estar fuerte en estos años.
Además de ser un gran estudiante, fue un empresario de éxito en Colombia donde también es conocido por su trabajo a favor de la igualdad de género.
Según explica él mismo lo que hace para mantenerse en tan buena forma pese a su longevidad es bañarse siempre con agua fría, comer mucha fruta y aprovechar las horas muertas para leer y estudiar lo que sea. “El tiempo viene y va, y el tiempo perdido jamás volverá”, dice. Su siguiente meta es repasar la gramática alemana, lengua que aprendió hace 90 años.
En diálogo con el sitio El Colombiano, señaló: «Primero, aprovechen el tiempo porque el tiempo que se va ya no vuelve. Si antes era difícil ahora es más fácil con la tecnología y las oportunidades, así que mis mejores deseos para quienes quieren emprender el retador camino del estudio».
Y completó:
«El segundo es poder inspirar y dejarle un legado a las nuevas generaciones. Luchen por sus sueños porque todo es posible sin importar la edad».