Primero ordenar nuestra casa
Preocupados y ocupados del rebrote, no salimos de una y entramos a otra temporada igual de intimidante, con la misma incertidumbre. La vacuna contra el COVID 19 se espera, y desespera la especulación, la desinformación, la dilación, la feroz competencia capitalista por el negocio de la salud de la población mundial. Desde hace mucho tiempo se sabe, pero es ocultado por la negligencia, por la complicidad, porque hay mucho dinero repartido, mediante las sutiles redes de la corrupción gubernamental y la avaricia de los acaudalados farmacéuticos.
En ese tenso ambiente, al País se agregan sin piedad otras adversidades, los huracanes y lluvias intensas, típicas de esta época y hasta atípicas, que han provocado grandes y clásicos daños en regiones históricamente vulnerables, en donde persisten, como si fueran insalvables, irresolubles los problemas de pobreza y marginación, que resultan ofensivos y vergonzantes, a la luz de la retórica oficial del pasado y del presente.
Sin necesidad de profundizar en la historia de esa regiones, otra vez afectadas, en los Estados de Chiapas, Tabasco y Sur de Veracruz. Las últimas cuatro décadas, eso me consta, además debe estar documentado en los medios informativos y archivos oficiales, los pueblos y comunidades de esos territorios, han sido y han estado expuestos, sin ninguna consideración, a cualquier clase de fenómeno natural. Será porque durante esos años floreció la lucrativa actividad de los damnificados profesionales, que actuaban y actúan en contubernio con autoridades, y por otra parte, la proclividad o impune costumbre de los gobiernos, para disponer de la jugosa bolsa de los recursos del extinto Fondo de Desastres Naturales. FONDEN. Eso fue tan evidente como doloroso en Veracruz, durante los últimos tres sexenios.
Pero mientras el desastre se enseñorea en el Sureste Mexicano, otros temas hacen ruido a las audiencias, que aguantan estoicamente el bombardeo mediático. Las violentas manifestaciones de los Colectivos Feministas que en forma justificada han salido a la calles, a exigir se detengan las agresiones y el acoso a las mujeres. La última en Cancún, Q. Roo. Este asunto también debe tratarse con sereno análisis y a la luz de las variables que lo motivan y lo contaminan. Porque en el reclamo de justicia para las víctimas, se han entreverado otros intereses y otras intenciones.
Por otro lado, continúa la novela del General Cienfuegos Zepeda, el encumbrado militar mexicano, que vive su pesadilla en Estados Unidos, como la que pasan los mexicanos cotidianamente, por los estragos de la delincuencia y el crimen organizado, que crecieron como la espuma y crearon escenarios de miedo y terror en el territorio nacional.
El otro reality que nos chutamos. Las elecciones en la nación vecina, según la más poderosa del planeta. El triunfo pronosticado del demócrata Joe Biden y la derrota anunciada del patético republicano Donald Trump, quien hizo hasta lo imposible para ganarse el rechazo y odio de la mayoría de los norteamericanos, además de generar aversión de la comunidad internacional. Una gestión errática, principalmente por la estrategia para controlar la pandemia, y una buena dosis de escándalos, le sirvieron para obtener el voto de castigo. Su obstinación y egolatría, todavía no le permiten asumir su fracaso y advierte de su lucha en los tribunales para comprobar un supuesto fraude electoral.
En este caso, resultan curiosas las diversas reacciones, visiones y opiniones en el mundo, que han sido replicadas por los medios. Pues algunos líderes y gobernantes se apresuraron a felicitar a Biden, una vez que se conocieron los resultados que le daban una clara y definitiva ventaja al demócrata. Es más, hubo festejos de los norteamericanos por la próxima salida de Trump de la Casa Blanca. Sin embargo, en nuestro País, tan “politizado y civilizado” hubo un embate mediático a ultranza contra el Presidente, para presionar un pronunciamiento a favor del candidato Biden o bien exhibirlo por sus supuestas afinidades y compromisos con su actual colega del norte. Que cada quien saque sus conclusiones estimados lectores. Hasta la próxima.
Miembro de la Red Veracruzana de Comunicadores Independientes, A.C.