Barloventeando
En su artículo de hoy, “Diario de un reportero”, el Maestro Luis Velázquez, hace cera y pabilo de los profesionales, con o sin título, dedicados al periodismo, en particular quienes laboran en el medio televisivo, muchos desubicados se salen de la sensatez, siendo profesionales de la comunicación, están o debieran estar obligados a la cautela para exponer, pero muchos se salen del huacal, sintiéndose paridos por los dioses, se apartan de la profesionalidad, comportándose en forma prepotente, absurda, fuera de orden,
Tal vez muchos leen como yo, todo lo que escribe el maestro, como tal, da cátedra y los que pergeñamos en páginas diarísticas, mucho aprendemos del Maestro, aborda el día de hoy la tragedia de un director editorial en una televisora, los propietarios del medio le obligan a recibir como colaborador editorial al amigo de un hijo de los propietarios del medio, el joven, ignorante por su juventud de la actitud sensata que debe adoptar, abusa y obliga al editor a escuchar sus pend… después de un tiempo se queja de la actitud del joven reportero y los propietarios de medio lo despiden, sin tomar en cuenta los méritos hechos durante más de veinte años al servicio de la televisora,
Triste, muy triste lo que relata el Maestro, siendo mayor de edad el director editorial del relato, queda desempleado y al buscar trabajo, descubre que la vejez es un obstáculo para ser contratado, no importa la capacidad, a los viejos se les rechaza, el temor de los empresarios de tener que soportar los achaques o postura ejecutiva de un profesional viejo, causa la injusticia y se da el absurdo de que la experiencia y los valores profesionales, no tienen la mayor importancia, hay muchos no tan viejos, con gran conocimiento de su profesión y son preferidos a la simple experiencia del viejo.
¡En la madre! Yo tengo acumulados algunos lustros, mi edad ya no se cuenta por años, creo el maestro Luis Velázquez anda por esos rumbos, pero su currículo, siendo superior a los novatos, le permite trabajar en donde se le antoje, ojala no se encuentre algún propietario de un medio que actué como el de su relato de hoy, es doloroso, trágico que un viejo quede a la deriva, si no tiene los ingresos derivados de una jubilación o disponga de algunos ahorritos que le permitan sobrevivir con dignidad, sin tener que andar mendingando en busca de empleo y sufrir lo que el personaje de su relato.
Algo anda mal en nuestro sistema, los viejos deben ser atendidos por haber dado lo que pudieron dar durante su existencia, los dispositivos jurídicos deben ser modificados y legislarse para que todo aquel viejo que ha servido a la sociedad, pueda sobrevivir buscando el retiro de la vida con dignidad, ser tratado con desprecio es injusto, se deberá aconsejar a los jóvenes que tengan presente que todos llegarán a esa condición, por tanto, están obligados a cuidar de los viejos, no tratandoles como despojo humano. “AGUAS”
Noviembre 7 del 2020 [email protected] Luis Martínez Wolf