El mal tránsito intestinal es uno de los problemas digestivos más habituales y suele acentuarse en los viajes y cuando nos encontramos fuera de casa. En concreto, la prevalencia del estreñimiento en nuestro país se sitúa entre el 12% y el 20%, según datos de la Fundación Española del Aparato Digestivo, y se trata de un síntoma que es dos veces más frecuente en mujeres que en hombres. Así mismo, afecta más a personas mayores de 65 años.
Pese a ser tan conocido, el estreñimiento es un síntoma –no una enfermedad- que no resulta fácil de definir, ya que no hay establecido un criterio común en cuanto a normalidad al hablar de tránsito intestinal. Eduardo González Zorzano, experto del departamento Científico de Cinfa, aclara que «el rango de normalidad para acudir al servicio oscila entre tres veces a la semana y tres veces al día. Cuando la frecuencia es menor de tres deposiciones semanales o existe dificultad para expulsar las heces, siendo estas secas y duras, se habla de estreñimiento. Además, puede acompañarse de molestias intestinales, calambres, esfuerzo exagerado, heces escasas, o sensación incompleta de evacuación».
La dieta, causa y solución
El tipo de dieta que llevamos puede ser tanto la causa como parte de la solución del estreñimiento. Según señala el experto de Cinfa «el estreñimiento es consecuencia de la ausencia de ejercicio, la obesidad, factores psicológicos y malos hábitos dietéticos, marcados por una alimentación pobre en frutas, verduras o fibras vegetales y por insuficientes líquidos».
Además, existen otros factores que también pueden favorecer la aparición de este problema de forma puntual, como son «la inmovilidad por un accidente u operación, los viajes y cambios de hábitos o la ingestión de algunos fármacos. Tampoco hay que olvidar –puntualiza González Zorzano-, lo poco que beneficia eludir las ganas de acudir al servicio, puesto que si nos reprimimos habitualmente, el cuerpo dejará de avisarnos».
Por tanto, modificando nuestros hábitos cotidianos e incorporando unas pautas de alimentación y vida saludable, como dejar de fumar o realizar actividad física, ayudaremos a que nuestro tránsito intestinal se agilice y nos sentiremos mejor.
Consejos para combatir el estreñimiento
1. Aumenta el consumo de fibra.
La fibra favorece el tránsito intestinal y redunda en una mejor regulación a largo plazo. Es recomendable tomar entre 20 o 35 gramos de fibra al día, y puede encontrarse en el brócoli, la col, las espinacas, la coliflor, los tomates, la lechuga, la fruta, los frutos secos, las harinas integrales y el salvado de trigo.
2. Elige bien las verduras y legumbres.
Presta atención a cómo te sientan las legumbres y hortalizas más flatulentas como alcachofas, brócoli o coliflor, entre otras. Si notas que te provocan digestiones pesadas o aires, sustitúyelas por otras.
3. La fruta, con piel.
Siempre que puedas, toma la fruta con piel, o si no, frutas secas. Así mismo, no retires la pulpa de los zumos naturales. Es en estas zonas donde se concentra la fibra.
4. Sí al aceite de oliva.
Utilízalo para cocinar y aliñar. Por sus propiedades, estimula el tránsito intestinal y suaviza las heces.
5. Productos «prohibidos».
Elimina de tu dieta las grasas animales y los platos procesados y embutidos.
6. Evita el exceso de dulces.
Los azúcares y caramelos endurecen las heces, dificultando su eliminación. Los quesos curados y el arroz tienen un efecto similar, por lo que es conveniente moderar su consumo.
7. Bebe más líquidos.
Agua, infusiones, caldos de verduras… Entre un litro y medio o dos al día. Una correcta hidratación es básica para favorecer las digestiones y la evacuación.
8. Realiza ejercicio físico.
Cada día, intenta practicar alguna actividad física, dentro de tus posibilidades, para agilizar el tránsito intestinal. En ocasiones se recomienda realizar ejercicios específicos para fortalecer la musculatura abdominal.
9. Establece unas rutinas regulares.
Contar con unos horarios más o menos fijos que te permitan ir al servicio sin prisas es muy importante, así como evitar reprimir de forma continuada las ganas de acudir. Lo mejor es que te tomes tu tiempo y, si lo necesitas, intenta una postura que te facilite las cosas, como por ejemplo, colocarte en cuclillas.
10. Cuidado con la automedicación.
Antes de recurrir a fármacos, consulta siempre con el farmacéutico o el médico de cabecera, que evaluará tus necesidades concretas y te recomendará el tratamiento más adecuado, normalmente basado en los laxantes. Los laxantes son una solución complementaria en casos en los que la alimentación y los hábitos saludables por sí solos no dan el resultado esperado.
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