Barloventeando
Florecen los robles. No llorar, gozar natura
Ni la sequía, ni el Covid19, deben aplanarnos
Pocas veces, ya como adulto, había sido acariciado y cuereado como lo fui en una ocasión por un ilustre analista, columnista, cuyo nombre no recuerdo; tuvo el atrevimiento de llamarme “Hombre de letras”, casi me sentí medio Unamuno o un poco acervantado, pero ni modo, debo poner los pies sobre la tierra y dar a conocer que solo soy “Hombre de chinga”, marino profesional, Ingeniero Mecánico Naval, ma´o menos ilustrado que por necesidad he tenido que hacerla de mil usos, entre otros yerbero forestal y columnista de Diarios escritos y virtuales.
Después de hacerme sentir “Hombre de Letras” me pegaron dura vapuleada por no acentuar algunas palabras, ni modo, tengo dos opciones, la del “Gabo” García Márquez que dice, gusta introducir errores gramaticales en sus escritos, para dar oportunidad a los puristas del idioma, a criticarlo, eso les causa profunda satisfacción; la otra ruta es aceptar que soy pendejo, poco ilustrado, perpetrador de criminales errores gramaticales, como esto último casi es cierto, doy la razón al ilustrado crítico y pido ser borrado del directorio de la:
Real Academia de la Huaca.
Pido disculpas por andarme metiendo en broncas privativas del filosofismo, mi intención ha sido de siempre, poner ciertas cosas en su lugar, ni modo, no puedo lograrlo y creo que por simple error en ocasiones desordeno, nunca ha sido mi intención atacar a quienes saben de literatura periodismo o política auténtica, solo que se me ocurrió pensar que mi analizado, que no criticado con dolo, andaba actuando al margen de los procedimientos normativos de lo que hoy nos tiene afligidos, me expresé mal y sin querer ayudé a Jeremy Rifkin, de castigo, ahora tendré que leer donde lo encuentre lo que predica este ilustre sociólogo, escritor y analista medioambiental.
La seguiré regando y sin acentuar, como lo debe hacer un “Hombre de letras” ni modo, soy ranchero, valga la falta por lo que realmente quería decir a los lectores, es muy simple: Gocen natura y sus flores bajo ningún pretexto dejen de salir a carretera los próximos tres o cuatro días, los Robles están floreando, el espectáculo rebasa todo lo que un artista pudiera expresar en un buen cuadro, los tonos de rojo van desde el casi albo al carmesí, por el rumbo camino a TAMSA o Laguna Verde se ve el formidable cuadro que nos brinda la naturaleza, sigan hasta Tolome, vale la pena el recorrido.
Sufriendo el fuerte calor y sequía, recordé un verso, (recordad que soy hombre de letras) creo de Díaz Mirón, que canta: “Se cómo Dios que nunca llora… o como Lucifer que nunca reza… Se cómo el Robledal que para su grandeza…Necesita del agua y no la implora” Seamos como el Roble, el agua llegara, mientras cuidemos la que tenemos y su cuidado implica vida sana y natura prodiga. ¡AGUAS!
Mayo 5 del 2020 [email protected] Luis Martínez Wolf
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