Columnistas

Sucesión política adelantada

Por: Alfredo Bielma Villanueva

Sin ningún miramiento hacia su sucesora el expresidente López Obrador acomodó las circunstancias a modo de dar oportunidad a su hijo “Andi” López Beltrán de tejer todo lo necesario para a su tiempo convertirse en candidato de MORENA a la presidencia de México en 2030. Para ese efecto rodeó de sus incondicionales a la presidenta sucesora, colocó en las cámaras legisladoras a un gran número de diputados afines y fieles seguidores a las consignas de sus respectivos coordinadores. Al frente de MORENA colocó a Luisa María Alcalde Luján, de familia convenidamente obradorista para dejarle a su hijo total operatividad desde su cargo de secretario de organización y desde allí maniobrar para crear una clase política leal a su propósito futurista. Un efecto de ese tinglado sale a flote por la actitud poco deferente y muy atípica de Adán Augusto y Monreal hacia la titular del Poder Ejecutivo a quien no rinden la subordinación correspondiente. En esa lógica, MORENA está a cargo de las sucesiones políticas y sustrae a los tradicionales controles de poder (gobernadore(@)s, alcaldías, grupos políticos) toda injerencia en la designación de candidaturas. El ensayo de esa estrategia lo podemos advertir en el proceso electoral municipal de Durango y Veracruz.

Por razones de genética política en MORENA no todas las flechas se orientan hacia la misma dirección, su muy diversificada formación impide que a su interior haya una homogeneidad monolítica- No todos allí coinciden con el futurismo anticipado, aunque, además, existen otros afanes futuristas como los de Monreal y Adán Augusto. Pero en nuestro sistema presidencialista la protagonista estelar, Claudia Sheinbaum, lleva mano en ese juego, y a su debido tiempo hará sentir su presencia con todo el peso de su poder. El tema en sí peca de anacrónico porque el gobierno federal cumple apenas su sexto mes de ejercicio, sin embargo, refleja una patente realidad, pues mientras la presidenta atiende las presiones del exterior, además de combatir a la delincuencia con resultados nunca alcanzados en el gobierno precedente, se preocupa por evitar efectos colaterales que dañen a la economía nacional. Y encima el inoportuno futurismo político.       En Veracruz fecundan efectos colaterales, ignoramos si los diferendos entre la gobernadora Rocío Nahle y Adán Augusto López tengan raíces de antaño, pero somos testigos de la ya abierta confrontación entre ambos actores políticos de la CuartaT, porque el senador ejecuta acciones de provocación que delatan una estrategia fraguada para hacerse del control político de una entidad con rico capital electoral. Según el tradicional esquema político, quien detenta la gubernatura es mano en el patrimonio político estatal, de cómo opere dependerá que así sea.