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Nudo Gordiano: del mitin a la realidad

Por: Alfredo Bielma Villanueva

Durante el periodo de AMLO en la presidencia, cuando la oposición celebraba reuniones masivas en el zócalo de la capital y Martí Batres ocupaba la secretaría del gobierno capitalino, calculaban una concurrencia de entre 14 mil a 17 mil personas; ya girada la brújula, respecto a la concentración masiva de este domingo para escuchar a la presidenta Sheinbaum, el calculo de asistentes rebasa las 350 mil personas, cuestión del color del cristal con el que se vea porque la imagen de ayer no difiere de aquellas del Movimiento Rosa. Pero eso es asunto secundario por cuanto a lo que representa la idea de concentrar miles de personas para “informar” acciones de gobierno, porque antaño lo hacía el PRI formando nutridas vallas desde el aeropuerto hasta un zócalo rebosante de gente llevada allí para vitorear al presidente que regresaba al país después de pasear la dignidad nacional por diversas naciones. También lo hacía Fidel Castro Ruz cuando, en una Plaza de la Revolución atestada de cubanos expectantes de mejoras sociales, pronunciaba kilométricos discursos (hasta de 6 horas) para repudiar retóricamente al imperialismo yanki y atribuirle culpas del desabasto de todo en la Isla. Pero el México del PRI hegemónico ya no existe, eso fue el siglo pasado y ya llevamos 25 años de alternancia en la presidencia, luego entonces, vale la interrogante: ¿son necesarias estas concentraciones masivas de gente que en su mayoría no sabe realmente a lo que va?

Ese método de información “al pueblo” con concentraciones masivas lo reinició en México López Obrador para anunciar las buenas nuevas al pueblo “bueno y sabio” de México: gasolina barata, salud como en Dinamarca (aunque la escaló a la mejor del mundo), autosuficiencia energética, autosuficiencia alimentaria, cero corrupciones, abrazos y no balazos, crecimiento económico al 6 por ciento, rescate de PEMEX etc. Lamentablemente, en nuestra realidad nada de eso es tangible, y todo eso sigue siendo una meta. Pero ¿quién mejor que la presidenta Sheinbaum para constatarlo? Porque ella carga ahora con el pesado paquete de un acentuado  déficit presupuestal que le dificulta financiar su programa de gobierno tal como se requiere para evitar desequilibrios sociales más agudos; la inversión extranjera directa no está llegando al ritmo deseado por el disturbio creado por la reforma judicial y la agresiva exigencia de Trump; el calificativo de narco gobierno no aplica para el encabezado por la presidenta Sheinbaum, pero el expediente incluye cuerpos policiales infiltrados y políticos en activo señalados con vínculos con la delincuencia. Eso constituye un nudo gordiano para la presidenta Sheinbaum, que parece estar desatando con la entrega de 29 capos, decenas de laboratorios desmantelados, toneladas de droga incautada y lo que resulte durante este mes de prorroga acordado con el presidente Trump.