Columnistas

LAS NOTICIAS DEL IMPERIO

Por: José Antonio Medina Aguilar

PIENSO, LUEGO ESCRIBO

Por Akiles Boy*

PIENSO, LUEGO ESCRIBO

LAS NOTICIAS DEL IMPERIO

Por Akiles Boy*

En una aldea vecina del imperio, vivía Anselmo, un tipo con perfil de buen ciudadano, cumplido con sus obligaciones y practicante de la empatía y solidaridad, como elementos indispensables para la convivencia social organizada y pacífica. Prefería el diálogo y los acuerdos en lugar de la confrontación y el conflicto que aleja y divide a las personas y a las comunidades. La violencia estacional en la aldea, tenía su origen en el resentimiento y la inconformidad de algunos sectores, afectados por las condiciones de ofensiva marginación y profunda desigualdad en que se debatían sus vidas. Sin encontrar salida de la cotidianidad que los aniquila lentamente.

La lucha por sobrevivir en una aldea subdesarrollada y con formas de cultura impuestas por el colonialismo y las más recientes colonizaciones comerciales y tecnológicas, es harto difícil. Se hace más compleja cuando se trata de personas o grupos, que históricamente se han visto incorporados a la estadística de la población marginada o vulnerable. Para ellos la movilidad social es inexistente.

Porque fuera de esa estadística, son invisibles o desapercibidos por los grupos políticos  y económicos dominantes, excepto en las temporadas electorales, cuando son convocados y se aprecia la asistencia y después su voto en la elección. Lo que sirve para garantizar la legitimidad de las elites gobernantes y la continuidad de los poderes fácticos aliados. De esta manera se asegura la paz en la aldea y el beneplácito del imperio que acecha y amenaza.

Sin embargo, la evolución natural siempre acarrea corrientes de transición, a veces con turbulencias, generando  reacomodos o cambios bruscos en las posiciones y relaciones internas y externas de los grupos y aldeas. La humanidad tiene experiencia de esos hechos, que han modificado en varias ocasiones el mapa geopolítico del planeta. Los eventos impulsados por la condición humana así lo demuestran, guerras, conquistas, invasiones, imposiciones, que atentan contra la ética, la moral y el derecho, pero consentidas a favor de la conservación de la paz, la libertad y la democracia.

Se ha visto y registrado a lo largo del tiempo pasado, y en el presente siglo  la situación no ha cambiado. El imperio del norte, con claros síntomas de descomposición y decadencia, como sucedió en la antigüedad con el romano y otros que le siguieron, está oponiendo feroz resistencia para  reconocer y aceptar una inevitable etapa, en la que será obligado a  negociar o convenir sobre áreas y sectores de influencia económica y política, no es otra cosa que compartir el pastel con otras fuerzas imperiales o también imperialistas. Los rusos y los chinos se apuntaron para  el reparto que viene.

Ese, no tan buen vecino, imperio del norte, que a toda costa intenta mantener su supremacía. El de la incongruencia y retórica de doble moral, de defensor de la libertad, pero de una tenaz política injerencista; de ser el  vigilante de la paz mundial, pero orquestador de guerras, contra el narcotráfico incluidas,  con el suministro de armas provenientes de sus fábricas; y de gran promotor del libre mercado, que ahora decide agredir a sus principales socios comerciales, imponiéndoles injustos y onerosos aranceles, fatalmente enfrentará el nuevo ajuste de las fuerzas preponderantes. Es el momento y la oportunidad para las aldeas emergentes, de crecer y tener mayor protagonismo en el mundo.

Cuando el nuevo emperador, haciendo a un lado la arrogancia y soberbia, reconozca que su imperio se desmorona ante los ojos de todos, tendrá que aceptarlo y negociar con ánimo conciliatorio. No hay marcha atrás, son las expresiones de la evolución. Nada es para siempre. Hasta la próxima.

Marzo 6 de 2025

*Miembro de la Red Veracruzana de Comunicadores Independientes, A.C.

*Miembro de la Red de Escritores por el Arte y la Literatura, A.C.

PIENSO, LUEGO ESCRIBO

LAS NOTICIAS DEL IMPERIO

Por Akiles Boy*

En una aldea vecina del imperio, vivía Anselmo, un tipo con perfil de

buen   ciudadano,   cumplido   con   sus   obligaciones   y   practicante   de   la

empatía   y   solidaridad,   como   elementos   indispensables   para   la

convivencia   social   organizada   y   pacífica.   Prefería   el   diálogo   y   los

acuerdos en lugar de la confrontación y el conflicto que aleja y divide a

las personas y a las comunidades. La violencia estacional en la aldea,

tenía   su   origen   en   el   resentimiento   y   la   inconformidad   de   algunos

sectores,   afectados   por   las   condiciones   de   ofensiva   marginación   y

profunda desigualdad en que se debatían sus vidas. Sin encontrar salida

de la cotidianidad que los aniquila lentamente.

La lucha por sobrevivir en una aldea subdesarrollada y con formas de

cultura impuestas por el colonialismo y las más recientes colonizaciones

comerciales   y   tecnológicas,   es   harto   difícil.   Se   hace   más   compleja

cuando se trata de personas o grupos, que históricamente se han visto

incorporados a la estadística de la población marginada o  vulnerable.

Para ellos la movilidad social es inexistente.

Porque fuera de esa estadística, son invisibles o desapercibidos por los

grupos políticos  y económicos dominantes, excepto en las temporadas

electorales, cuando son convocados y se aprecia la asistencia y después

su voto en la elección. Lo que sirve para garantizar la legitimidad de las

elites gobernantes y la continuidad de los poderes fácticos aliados. De

esta manera se asegura la paz en la aldea y el beneplácito del imperio

que acecha y amenaza.

Sin   embargo,   la   evolución   natural   siempre   acarrea   corrientes   de

transición, a veces con turbulencias, generando  reacomodos o cambios

bruscos en las posiciones y relaciones internas y externas de los grupos

y   aldeas.   La   humanidad   tiene   experiencia   de   esos   hechos,   que   han

modificado   en   varias   ocasiones   el   mapa   geopolítico   del   planeta.   Los

eventos impulsados por la condición humana así lo demuestran, guerras,

conquistas,   invasiones,   imposiciones,   que   atentan   contra   la   ética,   la

moral y el derecho, pero consentidas a favor de la conservación de la

paz, la libertad y la democracia.

Se ha visto y registrado a lo largo del tiempo pasado, y en el presente

  • siglo     la
  • Se ha visto y registrado a lo largo del tiempo pasado, y en el presente

siglo     la   situación   no   ha   cambiado.   El   imperio   del   norte,   con   claros

síntomas   de   descomposición   y   decadencia,   como   sucedió   en   la

antigüedad con el romano y otros que le siguieron, está oponiendo feroz

resistencia para reconocer y aceptar una inevitable etapa, en la que
será obligado a negociar o convenir sobre áreas y sectores de influencia
económica y política, no es otra cosa que compartir el pastel con otras
fuerzas imperiales o también imperialistas. Los rusos y los chinos se
apuntaron para el reparto que viene.
Ese, no tan buen vecino, imperio del norte, que a toda costa intenta
mantener su supremacía. El de la incongruencia y retórica de doble
moral, de defensor de la libertad, pero de una tenaz política injerencista;
de ser el vigilante de la paz mundial, pero orquestador de guerras,
contra el narcotráfico incluidas, con el suministro de armas
provenientes de sus fábricas; y de gran promotor del libre mercado, que
ahora decide agredir a sus principales socios comerciales,
imponiéndoles injustos y onerosos aranceles, fatalmente enfrentará el
nuevo ajuste de las fuerzas preponderantes. Es el momento y la
oportunidad para las aldeas emergentes, de crecer y tener mayor
protagonismo en el mundo.
Cuando el nuevo emperador, haciendo a un lado la arrogancia y
soberbia, reconozca que su imperio se desmorona ante los ojos de
todos, tendrá que aceptarlo y negociar con ánimo conciliatorio. No hay
marcha atrás, son las expresiones de la evolución. Nada es para
siempre. Hasta la próxima.

Marzo 6 de 2025
*Miembro de la Red Veracruzana de Comunicadores Independientes, A.C.
*Miembro de la Red de Escritores por el Arte y la Literatura, A.C.