PIENSO, LUEGO ESCRIBO
Por Akiles Boy*
PIENSO, LUEGO ESCRIBO
LAS NOTICIAS DEL IMPERIO
Por Akiles Boy*
En una aldea vecina del imperio, vivía Anselmo, un tipo con perfil de buen ciudadano, cumplido con sus obligaciones y practicante de la empatía y solidaridad, como elementos indispensables para la convivencia social organizada y pacífica. Prefería el diálogo y los acuerdos en lugar de la confrontación y el conflicto que aleja y divide a las personas y a las comunidades. La violencia estacional en la aldea, tenía su origen en el resentimiento y la inconformidad de algunos sectores, afectados por las condiciones de ofensiva marginación y profunda desigualdad en que se debatían sus vidas. Sin encontrar salida de la cotidianidad que los aniquila lentamente.
La lucha por sobrevivir en una aldea subdesarrollada y con formas de cultura impuestas por el colonialismo y las más recientes colonizaciones comerciales y tecnológicas, es harto difícil. Se hace más compleja cuando se trata de personas o grupos, que históricamente se han visto incorporados a la estadística de la población marginada o vulnerable. Para ellos la movilidad social es inexistente.
Porque fuera de esa estadística, son invisibles o desapercibidos por los grupos políticos y económicos dominantes, excepto en las temporadas electorales, cuando son convocados y se aprecia la asistencia y después su voto en la elección. Lo que sirve para garantizar la legitimidad de las elites gobernantes y la continuidad de los poderes fácticos aliados. De esta manera se asegura la paz en la aldea y el beneplácito del imperio que acecha y amenaza.
Sin embargo, la evolución natural siempre acarrea corrientes de transición, a veces con turbulencias, generando reacomodos o cambios bruscos en las posiciones y relaciones internas y externas de los grupos y aldeas. La humanidad tiene experiencia de esos hechos, que han modificado en varias ocasiones el mapa geopolítico del planeta. Los eventos impulsados por la condición humana así lo demuestran, guerras, conquistas, invasiones, imposiciones, que atentan contra la ética, la moral y el derecho, pero consentidas a favor de la conservación de la paz, la libertad y la democracia.
Se ha visto y registrado a lo largo del tiempo pasado, y en el presente siglo la situación no ha cambiado. El imperio del norte, con claros síntomas de descomposición y decadencia, como sucedió en la antigüedad con el romano y otros que le siguieron, está oponiendo feroz resistencia para reconocer y aceptar una inevitable etapa, en la que será obligado a negociar o convenir sobre áreas y sectores de influencia económica y política, no es otra cosa que compartir el pastel con otras fuerzas imperiales o también imperialistas. Los rusos y los chinos se apuntaron para el reparto que viene.
Ese, no tan buen vecino, imperio del norte, que a toda costa intenta mantener su supremacía. El de la incongruencia y retórica de doble moral, de defensor de la libertad, pero de una tenaz política injerencista; de ser el vigilante de la paz mundial, pero orquestador de guerras, contra el narcotráfico incluidas, con el suministro de armas provenientes de sus fábricas; y de gran promotor del libre mercado, que ahora decide agredir a sus principales socios comerciales, imponiéndoles injustos y onerosos aranceles, fatalmente enfrentará el nuevo ajuste de las fuerzas preponderantes. Es el momento y la oportunidad para las aldeas emergentes, de crecer y tener mayor protagonismo en el mundo.
Cuando el nuevo emperador, haciendo a un lado la arrogancia y soberbia, reconozca que su imperio se desmorona ante los ojos de todos, tendrá que aceptarlo y negociar con ánimo conciliatorio. No hay marcha atrás, son las expresiones de la evolución. Nada es para siempre. Hasta la próxima.
Marzo 6 de 2025
*Miembro de la Red Veracruzana de Comunicadores Independientes, A.C.
*Miembro de la Red de Escritores por el Arte y la Literatura, A.C.
PIENSO, LUEGO ESCRIBO
LAS NOTICIAS DEL IMPERIO
Por Akiles Boy*
En una aldea vecina del imperio, vivía Anselmo, un tipo con perfil de
buen ciudadano, cumplido con sus obligaciones y practicante de la
empatía y solidaridad, como elementos indispensables para la
convivencia social organizada y pacífica. Prefería el diálogo y los
acuerdos en lugar de la confrontación y el conflicto que aleja y divide a
las personas y a las comunidades. La violencia estacional en la aldea,
tenía su origen en el resentimiento y la inconformidad de algunos
sectores, afectados por las condiciones de ofensiva marginación y
profunda desigualdad en que se debatían sus vidas. Sin encontrar salida
de la cotidianidad que los aniquila lentamente.
La lucha por sobrevivir en una aldea subdesarrollada y con formas de
cultura impuestas por el colonialismo y las más recientes colonizaciones
comerciales y tecnológicas, es harto difícil. Se hace más compleja
cuando se trata de personas o grupos, que históricamente se han visto
incorporados a la estadística de la población marginada o vulnerable.
Para ellos la movilidad social es inexistente.
Porque fuera de esa estadística, son invisibles o desapercibidos por los
grupos políticos y económicos dominantes, excepto en las temporadas
electorales, cuando son convocados y se aprecia la asistencia y después
su voto en la elección. Lo que sirve para garantizar la legitimidad de las
elites gobernantes y la continuidad de los poderes fácticos aliados. De
esta manera se asegura la paz en la aldea y el beneplácito del imperio
que acecha y amenaza.
Sin embargo, la evolución natural siempre acarrea corrientes de
transición, a veces con turbulencias, generando reacomodos o cambios
bruscos en las posiciones y relaciones internas y externas de los grupos
y aldeas. La humanidad tiene experiencia de esos hechos, que han
modificado en varias ocasiones el mapa geopolítico del planeta. Los
eventos impulsados por la condición humana así lo demuestran, guerras,
conquistas, invasiones, imposiciones, que atentan contra la ética, la
moral y el derecho, pero consentidas a favor de la conservación de la
paz, la libertad y la democracia.
Se ha visto y registrado a lo largo del tiempo pasado, y en el presente
- siglo la
- Se ha visto y registrado a lo largo del tiempo pasado, y en el presente
siglo la situación no ha cambiado. El imperio del norte, con claros
síntomas de descomposición y decadencia, como sucedió en la
antigüedad con el romano y otros que le siguieron, está oponiendo feroz
resistencia para reconocer y aceptar una inevitable etapa, en la que
será obligado a negociar o convenir sobre áreas y sectores de influencia
económica y política, no es otra cosa que compartir el pastel con otras
fuerzas imperiales o también imperialistas. Los rusos y los chinos se
apuntaron para el reparto que viene.
Ese, no tan buen vecino, imperio del norte, que a toda costa intenta
mantener su supremacía. El de la incongruencia y retórica de doble
moral, de defensor de la libertad, pero de una tenaz política injerencista;
de ser el vigilante de la paz mundial, pero orquestador de guerras,
contra el narcotráfico incluidas, con el suministro de armas
provenientes de sus fábricas; y de gran promotor del libre mercado, que
ahora decide agredir a sus principales socios comerciales,
imponiéndoles injustos y onerosos aranceles, fatalmente enfrentará el
nuevo ajuste de las fuerzas preponderantes. Es el momento y la
oportunidad para las aldeas emergentes, de crecer y tener mayor
protagonismo en el mundo.
Cuando el nuevo emperador, haciendo a un lado la arrogancia y
soberbia, reconozca que su imperio se desmorona ante los ojos de
todos, tendrá que aceptarlo y negociar con ánimo conciliatorio. No hay
marcha atrás, son las expresiones de la evolución. Nada es para
siempre. Hasta la próxima.
Marzo 6 de 2025
*Miembro de la Red Veracruzana de Comunicadores Independientes, A.C.
*Miembro de la Red de Escritores por el Arte y la Literatura, A.C.