Prosa aprisa
La diputada local Victoria Gutiérrez Pérez, “coordinadora estatal del Grupo Político Haciendo Historia” convocó para ayer jueves a una manifestación de respaldo a la gobernadora Rocío Nahle y en contra de la afiliación a Morena de Miguel Ángel Yunes Márquez.
Del poder de convocatoria que tiene la legisladora habla el hecho de que solo asistió si acaso una veintena de personas a la Plaza Lerdo, que la hicieron quedar en ridículo, pero, aún peor, dejaron muy mal parada la imagen de Rocío, pues a sus enemigos políticos ha de haber causado risa ver el “gran” apoyo que tiene entre el morenismo. Con ese tipo de aliadas para qué quiere más enemigos.
Lo que ocurrió da qué pensar: ¿Por qué el morenismo, el auténtico, el de sangre guinda, no aprovechó el pretexto para volcarse en las calles y apoyar a la gobernadora, para dar muestras de fuerza y unidad?¿Por qué no se unieron los dirigentes estatales, alcaldes y diputados locales de Morena, suponiendo que los federales, así como los senadores, están en la Ciudad de México?¿Por qué no asistieron los más de 5 mil aspirantes a alcaldes, síndicos y regidores?
La deslucida y pírrica manifestación debiera poner en alerta a Nahle. Si militantes, simpatizantes y convenencieros no respondieron cuando se trataba de ella, ¿entonces cuándo? ¿Con esa “fuerza” demostrada ayer van a guiar al triunfo a sus candidatos dentro de 14 semanas? ¿Es que acaso Morena, en realidad, no es más que un tigre de papel, sin base real, que se sostiene solo por los programas sociales del gobierno?
De adentro mismo de Morena me han dicho que hay división pero también resentimiento entre los “puros”, primero porque Cuitláhuac García Jiménez los ignoró e hizo a un lado después de que lo ayudaron a llegar al gobierno, gobernando solo con un grupo de amigos allegados suyos, y luego porque la actual gobernadora tampoco los ha tomado en cuenta y ha llenado la administración estatal de cercanos suyos o de su esposo, y ponen como ejemplos los nuevos funcionarios, en buena parte provenientes de Coatzacoalcos y Minatitlán.
¿Se dobla o lo dobla? Gana el primer round
La inconformidad y presión de Rocío Nahle por la afiliación de Miguel Ángel Yunes Márquez a Morena dieron resultado en principio, aunque el problema no se ha resuelto de fondo.
En un comunicado que emitió, el senador dijo que no tiene la intención de provocar un problema interno en Morena ni de disputar espacios a nadie y expresó “mi respeto” a Rocío “y deseos de que tenga éxito”. Expresó que ha actuado “de buena fe”.
El expanista emitió su texto luego de que desde temprano la gobernadora había informado que había sido notificada que la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia (CNHJ) de su partido había iniciado la revisión de su petición para que no acrediten la membresía de Yunes Márquez como militante de Morena.
No se sabe si el también conocido como Chiquiyunes actuó por iniciativa propia, porque se lo sugirió su padre y senador suplente Miguel Ángel Yunes Linares, o porque se lo pidió la presidenta Claudia Sheinbaum para tratar de calmar la inconformidad que se desató en el interior de Morena por su afiliación.
Sin embargo, trató de justificar su permanencia en el partido guinda y para nada dijo que tiene la intención de renunciar a su nueva militancia para acabar con el problema interno que provocó y con la inconformidad que generó entre parte de la militancia.
Si bien Rocío Nahle gana el primer round, el problema está latente hasta que no se pronuncie la CNHJ, que deberá validar o rechazar la afiliación.
Queda muy dañada la imagen de Yunes Márquez
Nunca antes vi tanto rechazo a uno de los Yunes de El Estero (Boca del Río), como en esta ocasión, provocado por su afiliación a Morena.
Si se pensó que con el mote de “traidor” ya le habían dicho todo, luego de que siendo del PAN votó a favor de la reforma judicial para quedar bien con Andrés Manuel López Obrador, a quien algúna vez desde el parque Juárez calificó de “viejo guango”, nos equivocamos.
Aparte de Nahle y toda su corriente, me sorprendió no solo la reacción en su contra en las redes sociales, sino los espacios y comentarios que le dedicaron leídos e influyentes columnistas políticos de medios de la Ciudad de México.
No es que salieran a apoyar precisamente a Rocío Nahle, sino que salieron a criticarlo a él. Puestos en la balanza una y otro, a él le tocó, en gran medida, la mayor parte. Siendo joven, le llevará años reponerse, pero todos los señalamientos que le han hecho estarán siempre en el recuerdo y a la mano en las hemerotecas digitales para sacárselos a relucir.
Por cuanto al grupo político que encabeza su padre, en 14 semanas más sabremos qué tanto daño les causó el escándalo y qué tanto los siguen apoyando los que el hijo califica como“yunistas”. La elección del 1º de junio servirá de parámetro para saber la fuerza real que les queda y con la que cuentan.
Rocío asume que Manuel no se solidarizó
No es ningún secreto que aunque Rocío Nahle y Manuel Huerta se mastican pero no se tragan, el caso Yunes Márquez le sirvió a la gobernadora para confirmar que no cuenta con él.
Ayer, cuando informó que le habían notificado que se procedía a revisar su reclamo para que rechacen a Chiquiyunes, la gobernadora recordó en las redes sociales que la petición la “hicimos Diputados Federales, Diputados Locales, Senadora, Comité Estatal de Morena de Veracruz y una servidora”.
No incluyó al senador. Y, en efecto, el exdelegado de Bienestar nunca protestó en forma abierta, con nombre y apellidos, contra la afiliación de Yunes Márquez, ni a título personal ni en solidaridad con Rocío. Sus motivos tuvo.
En los mentideros políticos corre la versión de que quedó resentido desde que Nahle le arrebató la candidatura al gobierno, que él ganó en las encuestas, y luego porque lo bajó de la primera a la segunda fórmula al Senado.
Como dice el dicho que no es indio el que no se venga, las consecuencias las pueden pagar los candidatos y las candidatas de Manuel a alcaldes, síndicos y regidores. La señora es capaz de vetarlos para que no pasen.
¿Y qué es la llevada y traída Comisión de Honor y Justicia?
Los aplaudidores de la gobernadora –cuánto daño le hacen– celebraron ayer, como si ya hubieran expulsado a Chiquiyunes y dado la razón a Rocío, el anuncio de que la Comisión Nacional de Honor y Justicia (CNHJ) del CEN de Morena había dado entrada a su solicitud para invalidar al de El Estero.
La CNHJ, en teoría, es un órgano colegiado responsable de impartir justicia intrapartidaria “de carácter independiente, imparcial y objetivo” (mjú), encabezada por cinco comisionados.
Tiene, entre otros propósitos, salvaguardar los derechos fundamentales de todos los militantes y establecer mecanismos para la solución de controversias mediante la conciliación y el arbitraje entre las partes.
¿Alguien cree que Rocío se va a querer sentar en una mesa de diálogo y negociación con su enemigo? ¿Alguien cree que Yunes Márquez no se va a defender? Al Chiqui y a su padre los expulsaron del PAN, pero no se fueron. Recurrieron a tribunales para revertir la decisión en su contra y en eso estaban ahora que se brincaron a Morena, pero la ley les daba la razón.
Pueden recurrir a lo mismo, lo que haría pensar que la solución del pleito va para largo, pero si permanece con todos sus derechos y obligaciones, dañará la imagen de Nahle en pleno proceso electoral municipal, pues se dirá que no puede, lo que no le conviene.
La CNHJ es puro membrete, con cinco títeres de lo que diga López Obrador, o bien su hijo Andy, y ya se vio que Andy avaló la llegada de Miguel chico. A ver cómo nos amanece el lunes.