Jesús te Ampare
México vive uno de los momentos históricos más tensos en su relación con sus vecinos del norte. El presidente Donald Trump convertido en un belicoso populista pretende ver a nuestro país como un simple muro migratorio.
Sus políticas de inmigración y comercio son vistas como despectivas para nuestro país, lo que afecta los vínculos diplomáticos y la percepción internacional.
Vivir al lado del país más poderoso del mundo… ¿es un privilegio o una desventaja?
La cercanía facilita el intercambio comercial. México es uno de los principales socios comerciales de Estados Unidos, especialmente a través del T-MEC (tratado entre México, Estados Unidos y Canadá).
La proximidad también ha favorecido la creación de empleos y la inversión.
Muchas empresas mexicanas han podido expandirse y acceder a un mercado masivo, el de los consumidores estadounidenses.
La cercanía fomenta el turismo entre ambos países, creando intercambios culturales y fortaleciendo las actividades turísticas en México. Implica también una dependencia económica, porque si la economía de EEUU sufre, afecta directamente a nuestro país.
La relación migratoria ha sido uno de los temas más complejos. Para algunos, México se ha convertido en un “muro” o una barrera para frenar la migración hacia el norte, lo cual ha puesto a nuestro país en una posición incómoda.
Esto se ha intensificado bajo la administración de Donald Trump, que implementó políticas severas de inmigración, tanto que a la fecha se han recibido más de 14 mil personas deportadas.
En ocasiones, la proximidad también trae consigo disputas políticas y sociales, como la construcción del muro fronterizo propuesto por Trump o las políticas migratorias restrictivas.
La frase “tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos”–atribuida al expresidente Porfirio Díaz–, refleja la sensación que México, siendo un país de mayoría católica y con una identidad cultural distinta, se encuentra en una situación ambigua, entre la tradición y la modernidad, la autonomía y la dependencia.
A menudo, esto genera una tensión entre preservar la independencia nacional y enfrentar la influencia de su vecino del norte.
En resumen, la cercanía con Estados Unidos tiene aspectos positivos y negativos. El detalle está en cómo la presidenta Claudia Sheinbaum puede manejar esta relación para maximizar los beneficios y minimizar los desafíos.
¡Ahí está el detalle!