Columnistas

Claudia, su primer discurso.

Por Mario Javier Sánchez de la Torre

Opinión

La curiosidad que de alguna forma causo como sería el comportamiento y forma de pensar de Claudia Sheinbaum Pardo, ya como presidenta del país, puede considerarse comenzó a disiparse al pronunciar sus dos primeros discursos el pasado martes uno de octubre.

    El primero, pronunciado ante los integrantes del Congreso de la Unión y los invitados nacionales y extranjeros, se puede decir tuvo una tonalidad amable y en algunos temas hasta conciliador, como cuando se refirió a la iniciativa privada, la que puede considerarse una posición además de interesante, inteligente, después de la forma en que su antecesor se comportó, en especial con la de origen extranjero, que ya está teniendo algunas consecuencias no muy halagadoras para México, pero que aún se pueden subsanar.

    Al referirse al principal y más grave problema que le heredó López Obrador que es el de la inseguridad que se vive a nivel nacional, la referencia que hizo tratando de culpar de la situación al pasado, pero muy tiempo pasado, al culpar al ex presidente Calderón Hinojosa, realmente se equivocó. Ya que el tiempo pasado para su administración es el sexenio de su antecesor, López Obrador, pues fueron seis años de “abrazos, no balazos” para la delincuencia organizada, lo que incrementó todo tipo de delitos y mexicanos asesinados y lo más grave, los estados de la República que gobiernan las bandas delincuenciales, como sucede en Guerrero, Chiapas, Michoacán, Sinaloa y partes de otras entidades federativas, que hasta la fecha nunca se había vivido en ningún gobierno anterior en México. 

    Siendo realmente positiva su posición en apoyo a las mujeres en general, lo que seguramente arrojará resultados halagadores para todas las mexicanas, así como también los apoyos en el aspecto de salud a las clases necesitadas a través de los novedosos programas que anunció.

    También fue muy interesante conocer los programas que va a implementar, aunque por razones obvias no lo manifestó así, en forma correctiva de errores anteriores, como las farmacias del bienestar que de alguna forma vendrán a corregir la ocurrencia de la llamada megafarmacia, que nunca funcionó.  Y otras acciones más que continuará como los programas sociales, el apoyo a la educación en todos sus niveles, la construcción de vías de ferrocarril y la construcción de casas habitación, entre otros muchos asuntos que debe atender en su nuevo cargo.

    Sin dejar de abordar el espinoso tema de las energías tanto las producidas por elementos fósiles, como las limpias. En las que tienen injerencia las dos empresas más importantes productivas del Gobierno de México, como son la Comisión Federal de Electricidad y Petróleos Mexicanos y que causan un problema grave a las finanzas nacionales por sus malos manejos.

    Siendo la corrupción y la impunidad otra de las graves herencias del sexenio anterior, que según manifestó combatirá, pero que será difícil de erradicar por los niveles que alcanzó durante el gobierno de López Obrador.

    Realmente por la forma y contenido el discurso de Claudia Sheinbaum puede considerarse diferente a los de Andrés Manuel, no hubo agresiones, no insultos, si hay deseos de conciliación, de corregir lo que se hizo mal, por lo que se puede considerar que las cosas no continuarán igual que antes y que se busca un cambio en algunos aspectos importantes de la vida nacional, lo que seguramente de lograrse será para bien de México y los mexicanos, que es el deseo de todos los que aquí vivimos. Ojalá y lo logre. Usted qué OPINA, estimado lector. Hasta el lunes. [email protected] 

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