CAMALEÓN
Segun sus peculiares cálculos, el presidente López Obrador asegura no haber cometido «muchos errores», habrá quien señale muchos, para otros, no tantos, pero en este caso la cantidad se desvanece frente al rango cualitativo de quien incurre en errores; porque discontinuar la construccion del aeropuerto de Texcoco fue un error de enormes dimensiones reflejadas en el daño causado al servicio aereo de nuestro país, en tiempos de globalizacion economica que exige mayor intercomunicacion turistica y comercial.
Se antoja dificil convencer a los acriticos seguidores de AMLO sobre el grave error de haber trastornado el sistema de adquisición de medicinas originando mayusculo desabasto en todo el sistema de salud nacional con sus graves consecuencias; fue un cuento lo del combate a huacicoleros instrumentado para encubrir la errónea decision de reducir la compra de combustibles sin contar con suficientes reservas ni capacidad de almacenamiento.
La pandemia sirvió en estos últimos seis añosa de pretexto para justificar el nulo crecimiento económico durante el término del sexenio. Mucho trabajo tendra el Secretario de Relaciones Exteriores de Claudia Sheinbaum para restablecer la normalidad diplomática, severamente arruinada por la «política exterior» del gobierno que ya concluyó funciones pero cuya médula aun permanece.
Si gobernar es administrar, la buena gobernanza sería discutible en este caso, porque en las obras emblemáticas del sexenio ha prevalecido la improvisación sobre el buen desempeño fundado en planes y programas previamente diseñados. Si esto ultimo hubiera cobrado vigencia en dichas obras, o no se hubieran emprendido o ya conoceríamos el cuantum de su rentabilidad a futuro, lejos estamos de saberlo.
Los casi 200 mil homicidios registrados de 2018 a la fecha registran indubitablemente el fracaso de la política de «seguridad» implementada por el gobierno saliente, históricamente reprobado. Pero será la historia la que dictamine finalmente la calificación para el lapso gubernamental protagonizado por AMLO, a la elocuencia de su dictado nos atenemos.