Columnistas

Un rector incapaz

Por Omar Zúñiga

DE PRIMERA MANO

*En Derecho, antro, no enseñanza

El lunes 23 de septiembre, Gerardo Martín Aguilar dio su tercer informe de trabajo al frente de la UV. Palabras más palabras menos, dijo que sus mayores logros han sido al especialización del personal académico y administrativo y que va por la Ley Orgánica (¡por fin contestó!).

Sin embargo, el pasado 28 de agosto en una visita que hizo el rectorcito Gerardo Martín Aguilar a la Facultad de Biología campus Xalapa, los académicos, “lejos de recibirlo con vítores y aplausos como él esperaba, lo recibieron con una fuerte protesta, incluidas playeras, que usaban los catedráticos, respetados todos ellos, investigadores con reconocimiento a niveles estatal, nacional e incluso internacional.

“Esta protesta fue hecha (…) (por) el ambiente de trabajo que priva dentro de dicha Facultad, derivado de la manera en que se está llevando esta dependencia por las actuales autoridades, tanto la Dirección como la Secretaría”.

“Específicamente, por la forma y procedimientos en los procesos de asignación de plazas de tiempo completo, pues denuncian que no se han contratado los perfiles que requiere la Facultad para fortalecer el programa educativo, y no obstante que estos señalamientos se han hecho en juntas académicas y en consejo técnico, ha habido injerencia directa de las autoridades de la facultad y de la misma Rectoría en los procesos de asignación de plazas”.

Esa ocasión, los académicos calificaron al rectorcito de mentiroso, pues desde mayo, en una a reunión de trabajo, se comprometió con ellos a resolver los planteamientos que le hicieron.

Pues bueno…, después de la protesta en Biología, protestaron también las facultades de Ciencias y Técnicas de la Comunicación (Facico)  e Ingeniería en Veracruz; Ciencias Químicas de Orizaba, Ingeniería en Acayucan.

Y el pasado jueves, fue el personal de confianza que salió a las calles, mediante convocatoria pública a la “Comunidad UV”

La marcha salió de la Facultad de Biología con  personal de dicha escuela, de la Dirección de Investigaciones, Secretaría de Finanzas, se fueron juntando otras facultades y personal de la propia Rectoría.

Recorrieron buena parte de la Ciudad Universitaria, incluida por supuesto, Derecho, donde “invitaron” a la directora a sumarse (ajá).

En resumen, la opinión que tiene el claustro académico, de investigadores y de la comunidad UV en su conjunto, es que Gerardo Martín Aguilar no tiene la capacidad, no tiene idea y lo peor es que ni a él, ni al Secretario Académico, Juan Ortiz Escamilla, les interesa lo que pasa en la Máxima Casa de Estudios de Veracruz.

A diferencia de “sus logros”, los hechos hablan por sí mismos y por cierto de la pelea al gobierno del Estado por el 4 por ciento del total del presupuesto anual, (establecido en la Constitución) para la UV, ni una palabra, a cambio sentó a Cuitláhuac García a su lado, sin embargo, la gobernadora electa Rocío Nahle, brilló por su ausencia.

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Por cierto, el fin de semana circuló un desplegado firmado por diferentes rectores pertenecientes a la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior, (cuyo secretario general Luis Armando González Placenciaestuvo en el “informe” de Aguilar), entre ellos el rector de la UNAM Leonardo Lomelí y el director del Instituto Politécnico Nacional (que no es autónomo) Arturo Reyes Sandoval, además de varias universidades, como la de Tlaxcala o la BUAP.

El documento condena la reciente aprobación de la Ley Orgánica de la Universidad Autónoma de Sinaloa por parte del Congreso de ese estado.

En el desplegado, no está el nombre de Gerardo Martín Aguilar rector de la Universidad Veracruzana.Ahora ya sabemos porqué.

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Para documentar el optimismo…, el pasado viernes 6 de septiembre, durante el apogeo de las protestas por la Reforma al Poder Judicial, se suscitó, una nueva (oootra) irregularidad, de las muchas, en la Facultad de Derecho y justo el día que publicamos la protesta de los estudiantes en contra de Araceli Reyes en la columna “El avestruz”.

Gracias a nuestros lectores, pudimos conocer que precisamente la noche de ese viernes 6 de septiembre se llevaría a cabo una “fiesta de bienvenida” en conocido antro de Plaza Ánimas de Xalapa, para los alumnos de nuevo ingreso de la Facultad.

“Tal parece que nuestra Facultad, va en decaída con la actual administración de Araceli Reyes López, el día de hoy viernes 6 de septiembre, a nuestras instalaciones arribó personal de un conocido ‘centro nocturno’ “The Normal”, en el que se celebrará una fiesta de bienvenida, organizada por la administración del ya conocido consejero alumno Martín García, que por cierto es lo único que ha hecho en su administración, porque para resolver dudas al estudiantado, ha carecido de conocimientos”.

“Los organizadores de dicha fiesta llevaron a personal del ya mencionado ‘antro’, a hacer un “concurso”, con lo que se presume son bebidas alcohólicas (adjunto evidencia), pero claro, no fuera para que nos den información sobre la Reforma Judicial, de la cual estamos inconformes o para que el alumnado venda dulces para solventar algunos de sus gastos, porque en estas situaciones nuestra reconocida directora Araceli Reyes López protesta de inmediato y opone a realizar dichas acciones”.

“¿Acaso tiene más valor académico promover una fiesta de bienvenida por parte de la consejería estudiantil, que una plática informativa impartida por personal del Poder Judicial Federal explicando los alcances y limitantes de la referida Reforma Constitucional?”

“Esa duda ronda entre la comunidad estudiantil”.

Es el texto de una persona que pide el anonimato por temor fundado a represalias, tanto por parte de la Dirección de la Facultad, como de la misma consejería estudiantil.

Ambos que “callaron como momias” ante los cuestionamientos de la comunidad, que les exigieron manifestar su postura sobre la Reforma y una dirección que literalmente les cerró las puertas de su escuela.

Son preguntas que quedan en el aire, pues Araceli Reyes no abre ni tiempo ni espacio para la discusión libre de las ideas y despejar las dudas que atañen a la comunidad estudiantil y al claustro académico.

Laissez faire, laissez passer

¡Qué barbaridad!

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