CAFÉ DE MAÑANA
“Reglamentariamente, este es un hecho totalmente indebido”.
El reglamento para el Desarrollo Urbano en Xalapa establece la obligación de que quien edifica, modifica o construye en inmuebles comerciales debe contar con determinado número de cajones de estacionamiento. Las plazas comerciales, grandes o pequeñas, no deben incumplir esta normatividad. De acuerdo con el giro comercial y los metros cuadrados del establecimiento, es así como la reglamentación lo establece.
“Los cajones de estacionamiento son para que los visitantes a las plazas y negocios los usen y disfruten de manera gratuita”.
“Plaza Cristal y Museo, se dijo en su momento, iniciaron el cobro debido a que algunas personas que laboran o laboraban en los sitios cercanos aparcaban durante la jornada laboral, ocupando indebidamente esos espacios destinados a consumidores”.
Posteriormente, su justificante para cobrar fue “el tema del control y la seguridad para los ciudadanos que visitaban las plazas”, lo cual no justifica ese cobro, pues existen controles de otra índole para ello.
Sin embargo, al darse cuenta de que era un gran negocio, decidieron mejorar el servicio y establecer “pagos formales”.
“Actualmente se han convertido en otro giro comercial”, ya que funcionan como “estacionamientos públicos”, sin importar si la población va a la plaza a consumir o no. Cobran por el tiempo que uno aparca el vehículo, y eso violenta lo establecido en el reglamento de la Dirección de Desarrollo Urbano, en el caso de la capital.
Me parece que son pocas las plazas o centros comerciales que no cobran (Xanat, Costco, Sam’s, Ciudad Central), pero la gran mayoría sí cobran de manera indebida, incluso las que pueden aparentar ser pequeñas, pero con varios locales.
Creo que Desarrollo Urbano y Desarrollo Económico, entre otras áreas municipales, deben y pueden atender esto para normar y regular esta acción indebida; de lo contrario, ese descontrol caerá en lo “indefinido” y en perjuicio de todos.
También debo decir que los intentos por regular o prohibir esta actividad de cobro, aunque algunas plazas se han amparado en lo judicial, no son legales, “ahora que está de moda que la justicia pida justicia”.
DE SOBREMESA
En diversos sectores sociales de la ciudad capital veracruzana coinciden opiniones y voces en el aumento de accidentes en el reparto de productos que se realizan en motocicletas. Aparentemente, por el poco tiempo que les dan para entregar bienes y servicios a domicilio, y sin descontar la presumible falta de precaución por parte de “los trabajadores-repartidores”, no se justifican, aunque quizá se trate de entender que les obliga la necesidad de las “comisiones y propinas”. Es lamentable el aumento de accidentes, percances y hechos lamentables en casi todo Veracruz, no solo en Xalapa.
Creo que con urgencia el sector gubernamental bien podría diseñar programas de capacitación y asesorías a repartidores, incluso en materia de seguridad y salud, para que ese compromiso lo firmen ante autoridades “el trabajador” y “el patrón”, buscando abatir el índice de accidentes y que todos gocen de protección, lo cual es mucho más importante.
Hay empresas de nivel mundial, como unas famosas hamburguesas o quienes venden zapatos de una marca alemana por internet, que usan y disfrutan de los motociclistas repartidores con tan solo darles el encargo de envío y con el cobro por entrega. La propina a cargo del comprador aparentemente paga o cubre el servicio de envío, y eso está en la frontera del peligro de quien vende y quien traslada la mercancía, provenga de un comercio formal o informal.
¡ES CUANTO!