Apuntes desde el suelo
A todo lo que da los medios de comunicación occidentales repiten al unísono el supuesto “fraude en las elecciones presidenciales de Venezuela”, así que una sola narrativa se escucha y dan por hecho que Maduro es un dictador, y que la oposición financiada desde la época de Hugo Chávez Frías por los EEUU, ganó las elecciones.
La historia se repite, por un lado, el órgano electoral venezolano le da el triunfo a Maduro, y la oposición acompañada por la OEA, los EEUU, y los gobiernos de derecha de Latinoamérica, auto reconocen como los ganadores de las elecciones presidenciales a la oposición al chavismo, ya vivimos desde que llegó Hugo Chávez a la presidencia de Venezuela este mismo escenario, y nadie, en su sano juicio pensó que la oposición reconocería su derrota ni el chavismo le entregaría fácilmente el poder a esa oposición.
El llamado a la movilización de la oposición, claro está, financiada desde hace mucho tiempo por la derecha internacional, quienes vieron cómo poco a poco sus esbirros, Leopoldo López, Juan Guaidó, fueron pasando desapercibidos, y ahora, con su nueva marioneta, María Corina, toman nuevos aires, intentan a través de la fuerza sacar a Maduro del poder presidencial.
Si bien es cierto, la situación principalmente económica de Venezuela poco a poco ha venido degenerando, provocando una emigración masiva de venezolanos, ésta no se colapsó por “obra y gracia del espíritu santo”, sino, al igual que Cuba, a causa del ilegal bloqueó económico y diplomático, del que se ha autonombrado dueños del mundo y quien ha visto a américa latina como su patio trasero, de los EEUU y parte de los países de Europa, el robo del oro venezolano por parte de los ingleses, y la entrega ilegal de los activos financieros venezolanos en los EEUU a la oposición.
Nunca los EEUU ha permitido otra narrativa al neoliberalismo salvaje que ha dejado en la indigencia del desarrollo a casi todos los países de Latinoamérica, y con su política de intervención ha querido determinar quiénes deben gobernar esos países hispanoparlantes, así que, primero descaradamente la historia nos ha demostrado que el uso de la bota militar a través de esbirros locales latinoamericanos estuvo sometiendo a Latinoamérica, la Operación Cóndor fue una de esas políticas encubiertas que permitieron golpes de estados como en la democrática Chile del presidente Allende, y después a través de organizar a las élites económicas latinoamericanas de derecha, se hicieron con el control de la mayoría de los países de América Latina y el Caribe, así vemos cómo en la actualidad esa derecha rancia y apátrida local continúa al servicio del Imperio greengo, aunque su radio de influencia se ha reducido gracias a liderazgos locales populares y nacionalistas como en México, Brasil, Bolivia, Cuba, Nicaragua, El Salvador, y también, en Venezuela con el chavismo.
Un ejemplo de esa derecha que ahora quiere volver “al pinche poder” en Venezuela, en México durante los últimos 30 años, antes de la toma del poder público democráticamente de Andrés Manuel López Obrador en México, se dedicaron a poner las leyes mexicanas al servicio de intereses extranjeros, principalmente de los países occidentales, los EEUU, España y otros más.
De igual manera, en Ecuador, Perú, Chile, Uruguay, Paraguay, por un tiempo, Brasil, ahora Argentina y buena parte de Centro América y el Caribe, con la excepción de Cuba, la derecha se ha mantenido activa, así que lo que pasa en Venezuela no puede hacerse con una lectura reduccionista-maniqueista de “buenos” y “malos”, porque lo que vive Venezuela es el resultado de geopolíticas expansionistas, principalmente, el injerencismo de los EEUU, y las retardatarias luchas ideológicas hace un tiempo, y hoy, de luchas entre las élites de derecha y la nueva izquierda latinoamericana, y hoy, se acrecienta más por la lucha por un nuevo orden mundial y los reacomodos económicos que está provocando el crecimiento in-esperado de China que atenta contra los intereses de los EEUU y Europa, así como, la guerra nacional de Rusia para detener el expansionismo de la OTAN, y en lo local, del arraigo de las pequeñas élites económicas que en Venezuela y en todos los países Latinoamericanos se mantienen activas ya sea en el poder o en la oposición, luchando para volver al poder público, así que la retórica que apunta al fracaso de la opción chavista en Latinoamérica es falsa, pues si no hubiera intervenido los EEUU en Venezuela, seguro otra realidad vivirían los venezolanos, así como todos los latinos que seguimos padeciendo el estancamiento económico porque nos sigue viendo los supuestos “amos” del norte como su patio trasero y su fuente de materias primas y servicios, esa imagen de la añoranza de la cuba de Batista, el lugar para el esparcimiento de los ricos de los EEUU, es real, y está presente aún ahora en América Latina.
Claro que los entes revolucionarios que siguen luchando por una Latinoamérica libre y soberana son incomodos a la élite vetusta sionista de derecha que controla los EEUU, en México vivimos hace poco el intento de la derecha apátrida mexicana financiada y apoyada por los EEUU, ese 1% que detenta más del 50% del PIB de México, de volver “al pinche poder”, pero fracasaron, y ahora, ven la oportunidad en Venezuela que vuelvan a controlar las arcas públicas de los venezolanos, por eso vimos a la derecha rancia latinoamericana, Milei (el judío-sionista), Fox, y otros tantos, estar apoyando a los esbirros del imperio en Venezuela y jactarse de hablar de democracia, y acusar a Maduro de dictador, como lo han estado haciendo con AMLO en México.
Si bien es cierto, nadie sabe la verdad de los resultados de las elecciones en Venezuela, e incluso, la nueva muñeca del ventrílocuo (EEUU), María Corina, con sus supuestas actas que esgrime para decir que ganaron no son confiables y están sujetas a falsificación, y, los resultados del órgano electoral venezolano no pueden ser ciertos del todo, por eso cuando menos debemos aceptar que sólo los venezolanos, sin la injerencia de ningún países o institución extrajera, deben resolver el grave problema político, social y económico que viven. Mientras tanto, ningún extranjero tiene la calidad moral de opinar sobre la legalidad de las elecciones en Venezuela.
Desde adentro hay dos Venezuela, y desde afuera, los imperios ven a Venezuela como “la manzana de la discordia”, así vemos a países como Rusia, China, Bolivia, Nicaragua, Colombia, etc., reconocer “el triunfo de Maduro” como presidente de la República Bolivariana de Venezuela, y a los aliados del Imperio de los EEUU y a los EEUU, rechazar de fraude los resultados de las elecciones presidenciales de la República Bolivariana de Venezuela.
Los demonios del espejismo ilustrado siguen azotando al hombre en sociedad, y la única narrativa neoliberal ilustrada de occidente intenta salir indemne del encontronazo con Rusia y China, y quiere sacar partido de la crisis electoral, económica y política que vive la República Bolivariana de Venezuela.
“Tiempo al tiempo”, como bien dice el periodista veracruzano, Edgar Hernández.
Junio de 2024.