Prosa aprisa
La historia se repite: en 2004, 2010 y 2018 los respectivos gobernadores declararon como su enemigo público número 1 a Miguel Ángel Yunes Linares, y en 2024 todo indica que nada va a cambiar, aunque ahora se agregarían a la etiqueta sus hijos Miguel Ángel y Fernando Yunes Márquez.
Fidel Herrera Beltrán hoy está muy delicado de salud, Javier Duarte de Ochoa se encuentra en la cárcel acusado de los delitos de asociación delictuosa y operaciones con recursos de procedencia ilícita, y Cuitláhuac García Jiménez está a punto de dejar el gobierno, sin pena ni gloria, para presuntamente irse a un cargo de segundo nivel en el próximo gobierno federal. Los tres trataron en forma infructuosa de acabar políticamente con ellos y fracasaron, no obstante que Cuitláhuac tuvo todo el respaldo del presidente.
Y los llamados Yunes azules (por panistas) ahí siguen, Miguel papá disfrutando en los cafés del puerto o corriendo en el malecón, Miguel hijo en vías de ser senador (con su padre como suplente) y Fernando en camino a ser diputado local plurinominal, vigentes, con poder político y a punto de ganarle un primer punto a Rocío Nahle.
Creo que la Gobernadora Electa se precipitó y dio un paso equivocado al abrirse en forma abierta en contra de Yunes Márquez y expresar su deseo de que no llegue al Senado, sin la seguridad de que la fiscal general del estado, Verónica Hernández Giadáns, tenía consolidada una denuncia penal en su contra para impedirle siquiera ser candidato.
El 17 de junio, Rocío criticó a la fiscal y la acusó de tardarse tres años en investigar al hoy senador electo; dijo que había retrasado el seguimiento a una denuncia, que Yunes Márquez tenía que acudir al proceso y que la fiscalía debía enviar documentación informando al Senado de su situación para que Miguel Ángel hijo no pueda rendir protesta como senador el próximo 1ºde septiembre.
Eso indicaría que el gobierno que viene continuará el enfrentamiento con los Yunes de El Estero (conocidos así también por tener ahí su residencia, municipio de Boca del Río), que ya se prolonga por 18 años y se va a extender a 24.
Sin embargo, Yunes Márquez parece querer eludir una confrontación con Rocío, pues a quien acusa de lo que él llama una persecución política en su contra es al gobernador Cuitláhuac García Jiménez y para nada menciona a Nahle.
El sábado, en un mensaje a través de las redes sociales dijo que él y su familia están “dispuestos a enfrentarlos, a exhibirlos y a dejarlos públicamente en ridículo por usar los recursos de la fiscalía y del poder judicial no para perseguir delincuentes, sino para perseguir opositores”, luego de que la Sala Regional, en Xalapa, del Tribunal Federal Electoral (TFE) desechó una demanda que presentó Morena en su contra para impedir que rindiera protesta como senador.
“Quieren impedir a toda costa que llegue al Senado de la República porque saben que desde ahí lucharé para que Veracruz salga de la corrupción, del abandono, de la miseria y la inseguridad en que lo ha dejado Cuitláhuac García, el peor gobernador de la historia”. Señaló que el gobierno y Morena “siembran encono, división, odio, venganza, y eso es lo que van a cosechar”. Pero nada sobre Nahle.
Pero al haber hecho pública su postura personal contra el también conocido como “Chiquiyunes” y el TFE haber fallado a favor del panista, colocándolo en la antesala del Senado, Rocío sufre su primer raspón político como gobernadora, y de paso seguramente le deja claro que los Yunes azules no serán un hueso fácil de roer si es que decide mantener un enfrentamiento con ellos.
La suerte de la fiscal está echada: se va
Culpable o no de que Yunes Márquez esté ya prácticamente dentro del Senado, sin duda la suerte de la fiscal Hernández Giadáns está echada: se irá del cargo, porque renuncie por presión (“voluntariamente”, se dirá) o porque, si se resiste a hacerlo, le armen un “caso” en el Congreso que la lleve a juicio político y la echen.
Ayer en Orizaba, Rocío volvió a declarar sobre el tema. Dijo que Verónica tiene “tres o cuatro” años (lleva ya cinco) haciendo su trabajo “considerablemente bien”, pero que nadie debe durar tanto tiempo en el cargo.
“Creo que nadie debe durar nueve años; ni el presidente dura nueve años, porque hay un desgaste de la persona y de la institución, pero eso lo vamos a revisar, está en la ley y yo soy respetuosa de ello, pero tenemos que hacer lo mejor para Veracruz, evaluar, si las cosas están bien, adelante, y si se requiere también un cambio, también se va plantear y este es un tema del Congreso (local)”.
¿Estaría insistiendo en el tema si viera que están bien las cosas en la fiscalía y con la actuación y la duración de la fiscal?
Días antes, el viernes, había dicho que revisará la actuación de Hernández Giadáns, que la fiscalía es autónoma pero que se debe revisar “su actuar”, aunque es un tema que no tiene como prioridad en su agenda, entendible porque por ahora debe acabar de integrar su equipo, estar atenta a la entrega-recepción y asumir el gobierno para tener facultades y poder actuar.
También se dijo respetuosa sobre la iniciativa que se presentó en el Congreso local para dar autonomía a la Fiscalía Anticorrupción, equiparándola con la propia Fiscalía General, y si se lee entre líneas, no exentó a la fiscal de ser investigada: “Yo creo que todos los servidores públicos, absolutamente todos, debemos estar sometidos a transparencia sin excepción, creo que en ese sentido fue la iniciativa que presentaron los diputados y yo la respeto”.
Rocío lleva ya la iniciativa; Cuitláhuac, anulado
Me sigue llamando la atención el hecho de que Veracruz tiene dos gobernadores activos, uno constitucional y otra electa, aunque la segunda ha rebasado totalmente al primero.
El sábado, en Zongolica, la Gobernadora Electa, Rocío Nahle, comentó en Zongolica que invitó al presidente Andrés Manuel López Obrador a que antes de que concluya su mandato (en 63 días) regrese a Veracruz en una visita de despedida, para una “asamblea grande”.
Tanto ella como Cuitláhuac García Jiménez tienen suficientes motivos para estar agradecidos con el tabasqueño, porque a los dos los hizo gobernadores, pero como gobernador constitucional, porque en las buenas, pero sobre todo en las malas, lo sostuvo contra viento y marea, porque él es quien tiene todos los recursos que da el poder, él es quien debió haber tomado la iniciativa, aunque por el anuncio que hizo Rocío, se ve que ella es quien la ha tomado y prácticamente lo ha anulado y reducido a solo un convidado de piedra.
Por la mística que se supone que traía cuando llegó al gobierno, nadie se imaginó que Cuitláhuac se iba a aferrar a estar dentro del poder, a seguir mamando en la ubre presupuestal, a vivir del erario, pues, y hoy, porque él lo ha venido repitiendo, está a punto de incorporarse a un nuevo cargo dentro de la próxima administración, pero de segundo o tercer nivel, ya lo sabremos.
Con tan poco se conforma. El último gobernador constitucional (1986-1988) que solicitó licencia para integrarse al gobierno federal fue don Fernando Gutiérrez Barrios, pero dejó la gubernatura para irse como secretario de Gobernación, o sea, para ascender, no para degradarse como un funcionario más.