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Pepe Yunes cambió el escenario electoral veracruzano

Por Alfredo Bielma Villanueva

Si el entusiasmo ciudadano despertado por la candidatura oposicionista de Xóchitl Gálvez y de Pepe Yunes en Veracruz se traducen en votos el resultado electoral a su favor  el dos de junio podría darse por adelantado. Empero, en una democracia electoral se respeta la voluntad de la mayoría y por mandato constitucional los votos sí cuentan y se cuentan; esa ha sido una constante durante la etapa del efectivo surgimiento de nuestra democracia durante las últimas tres décadas y en ese positivo curso ya hemos experimentado tres alternancias presidenciales y excepto en Coahuila en todas las entidades federativas. Según AMLO “antes” no había democracia en México, sugiriendo que “nació” con su llegada al poder, aunque en realidad su acceso a la presidencia es fruto genuino de instituciones creadas con mucha antelación a 2018. Lo destacable consiste en que somos testigos de una histórica sinergia entre partidos nacidos antagónicos- PAN-PRI-PRD que durante muchas décadas formaron la columna vertebral del sistema político mexicano, el PAN como oposicionista recio, vertical, el PRI como partido hegemónico y el PRD como contraste en el otro extremo del diagrama partidista, ese activismo partidista ha sido un sustantivo aporte a la evolución política del país. Por ese desarrollo político de México ahora mismo testimoniamos el surgimiento de una trilogía de partidos originalmente antagónicos entre sí circunstancialmente coaligados por el prurito de defender la democracia a cuya construcción contribuyeron. Todo ese desarrollo producto de las circunstancias se comprueba con el hecho de que en este proceso electoral la contienda es protagonizada por dos bloques partidistas: PAN-PRI-PRD Vs Verde Ecologista- Pt y MORENA, simple y llanamente porque actuando en solitario, como MC eufemísticamente lo hace, la posibilidad de triunfar se acota en exceso mientras que la de perder el registro se ensancha.

En ese andar de las circunstancias los actores políticos llevan un roll de destacadas proporciones, el caso de Xóchitl Gálvez lo explica en el orden federal y el de Pepe Yunes Zorrilla en la entidad veracruzana. Debe subrayarse que incluso los individuos, sin mengua de sus méritos personales, están supeditados al fuerte influjo de las circunstancias, a favor a veces, en contra en otras ocasiones. Según lo ha declarado Xóchitl Gálvez nunca imaginó ser protagonista de dimensión nacional en este proceso electoral, pero su ímpetu personal y los señalamientos del presidente acondicionaron y dieron origen al roll que viene desempeñando con ejemplar denuedo. En Veracruz el futurismo electoral no apostaba un cacahuate por la oposición política a MORENA, sin embargo, la decepción social, que está en proporción directa con las expectativas generadas en 2018 cuando se ofreció dar fin a la corrupción, de mejores hospitales, de mayor seguridad, de mejoras en planteles educativos, mejores servicios públicos etc. y nada se hizo realidad, propiciaron una candidatura competitiva. Coadyuvó en ese proceso el afanoso empeño de José Yunes Zorrilla para alcanzar la candidatura oposicionista y una vez lograda esforzarse por obtener la aceptación de todas las fuerzas partidistas, obteniendo como resultado la suma de sinergias ciudadanas antes dispersas y ahora unificadas en torno de su candidatura con un entusiasmo que refleja optimismo y confianza por alcanzar la victoria. En contraste, para la señora Rocío Nahle, inicialmente confiada en la marca de su partido la campaña era miel sobre hojuelas, imaginó que su tránsito por la geografía veracruzana acompañada de un sequito de costosos vehículos anticipaba una supuesta fácil conquista. Pronto le llegó la desconsoladora respuesta por parte de la realidad veracruzana, aunque de ello toma conciencia cuando ya no hay tiempo para revertirla porque Pepe Yunes ya está bien posicionado en el ánimo ciudadano del ciudadano veracruzano.