CAMALEÓN
A diferencia de los “momentos estelares” de los que gusta hablar el presidente López Obrador respecto a cuánto ocurre con sus decisiones, la elección del 2 de junio sí constituye un hito histórico para el país, entre otras razones porque movió al ánimo ciudadano a participar para formar un nuevo gobierno electo por la vía pacífica, aunque por motivos ajenos a la confrontación política resultó sustantivamente dañada por la agresiva participación de células criminales. Sobre los resultados electorales cabe el calificativo de sorprendentes vista la enorme diferencia de votos a favor del oficialismo y la muy baja para la oposición, en duro contraste con las expectativas de un activo movimiento ciudadano en oposición al gobierno en funciones y por lo mismo de las candidaturas de su partido. Pero la realidad demuestra todo lo contrario porque según el resultado electoral hasta ahora conocido el partido en el poder, MORENA arrasó ¿qué sucedió, acaso el diagnóstico relativo a la dinámica de una inconformidad social movilizada fue erróneo? ¿La pasión oposicionista evitó ver la realidad del entorno político-electoral en juego? Ese es sin duda tema interesante para realizar un estudio de caso.
Sobre cómo vayan a ser las relaciones entre el actual presidente y su virtual sucesora lo ignoramos, aunque pudiéramos situarnos en el hipotético escenario que surgiría en caso de existir pretensiones de dominio transexenal, nos imaginamos una confrontación entre el poder constitucional y el prurito transexenal en el cual la ciudadanía mexicana, incluida la oposición política, estaría siendo convocada en respaldo al poder legítimamente constituido, un conflicto en cuyo epilogo supondríamos el fortalecimiento de las instituciones democráticas de contrapeso político. Pero la premisa básica del resultado de esta elección se refiere a la cuestión sobre si evolucionamos o involucionamos políticamente, porque el voto indiferenciado que otorga al partido oficial la mayoría absoluta en el Congreso de la Unión tal como era durante la etapa de partido único, el carro completo, ha cobrado vigencia, pues da al Poder Ejecutivo la oportunidad de decidir por si solo sin contrapeso alguno el rumbo de México y sus 128 millones de mexicanos. Todo porque según el resultado electoral así lo decidió la mayoría de los votantes, haya sido como haya sido. Paradojas de le teoría política, democráticamente así lo decide la dictadura de la mayoría.