Columnistas

¿Quiénes ganaron realmente éste 2 de junio de 2024?

Por Lenin Torres Antonio

A propósito de la simulación democrática, y por qué ganó el que ganó.

Apuntes desde el suelo

“El todo en las partes, las partes en el todo”.

Por qué volvió a ganar la coalición MORENA/PT/VERDE, uno, porque el buen trabajo del presidente Obrador se reflejó en la confianza del electorado obradoristas, y sin ver perfiles, planteamiento, o, trayectoria de los candidatos, la mayoría de los obradoristas repitieron el voto en cascada del 5 de 5 del 2018, así vimos como unísonos los candidatos del obradorismo repetían las consignas, frases, y planteamientos de la narrativa de la 4ª T., que acuño AMLO, el plus de los contenidos pendientes de la 4ª T, estuvieron ausentes, y a los a sus candidatos les basto repetir lo sobra conocido de lo que creen es la 4ª Transformación de México, principalmente, “el combate a la corrupción”,“la continuidad de las políticas sociales”, etc.; dos, porque MORENA y sus aliados en el gobierno y cargos de representación popular operaron al viejo estilo priistas, usando el aparato del estado para hacer proselitismo y financiar las campañas políticas, Veracruz es un claro ejemplo de esa conducta que contradice la narrativa de la 4ª T., “no somos lo mismo”, etc., la estructura burocrática se puso a trabajar a tiempo completo en brigadas para asegurar el voto a favor de la alianza MORENA/PT/VERDE, una estructura principalmente hecha de funcionarios y trabajadores gubernamentales, sufríamos los ciudadanos un acoso a semejanza de los predicadores del evangelio, y, tres, porque la pobre oposición nunca creo una propia narrativa que planteara un proyecto de país alternativo a la 4ª T, obradoristas, y sus candidatos repitieron sin cesar “la guerra sucia mediática” que les impuso el poder económico en la figura de Claudio X. Gonzales, pensando que eso era suficiente para ganar las elecciones, por eso vimos en los debates presidenciales a la pseudo indígena Xóchitl Gálvez dedicarse a usar el método fascistas hitleriano de intentar repetir una falsedad hasta convertirla en una verdad en el inconsciente del mexicano, así mismo, los demás candidatos se dedicaron a repetir esa estrategia fallida, y la ausencia de ideas propias, propuestas para resolver los graves problemas que vive la sociedad mexicano y veracruzana se hicieron ausentes. A esta oposición no le queda más que reconocer la derrota y asumir sus errores y si hay inteligencia, reinventarse para continuar haciendo política.

Creo que esos tres factores constituyeron la base para que se repitiera el triunfo del obradorismo en México, me hubiera gustado que la competencia electoral hubiera sido sin el uso de recurso públicos ni usando la estructura burocrática con fines partidistas electorales, por eso pienso que México todavía no logra transitar hacia una verdadera democracia, y hasta creo que los teóricos de la política se han equivocado al pensar que puede haber una “democracia auténtica”, porque la praxis contradice todo intento de hablar de una democracia auténtica, y el uso del poder lleva a los hombres a usarlo para continuar en el poder o, obtener el poder, así que mejor normalicemos el uso del estado para fines partidistas porque de facto así sucede y no hay excepción.

Ahora bien, porque creo que las mayorías son nefastas para la democracia, personalmente opté por un voto diferencial, vi perfiles en lugar de partidos políticos, porque creo que el modus operandi de los partidos políticos es el mismo, y su basamento teórico es Maquiavelo en lugar de Platón, de Rousseau, de Hobbes, de Habermas, de Gransci, etc., y, vimos como los verdaderos obradoristas que venía desde el inicio de la lucha con AMLO fueron sustituidos por tránsfugas, principalmente ex priistas, que se hicieron con la vértebra de MORENA, y, fueron postulados a puesto de elección popular, además de practicar una simulación democrática para elegir a sus candidatos, a sabiendas de los dirigentes morenistas que la cuota de grupos de poder habían absorbido la mayoría de las candidaturas, así mismo, vimos a última hora el arribó de espontáneos líderes de la oposición prianistas abandonar el barco y ser recibidos con beneplácito para asegurar el “carro completo”, la pragmática se impuso a las convicciones ideológicas.

El futuro que se presenta a México es un morenismo sin AMLO, ubico en un tiempo porvenir la verdadera competencia electoral, pues nadie “llena el zapato de AMLO”, y los clanes de poder están bien definidos, y, obtener la mayoría enfrentará las exigencia del pueblo mexicano que no puede esperar a que el problema de la inseguridad, de la pobreza, de la desigualdad, de la falta de servicios públicos, etc., se resuelvan ni a mediano y corto plazo, y centro el reto de esta nueva mayoría en cómo va a resolver la desigualdad de la distribución de las riquezas que están más del 50% del PIB en manos de un minúscula élite económica, pues aunque México se convierta en la China para los EEUU, a lo máximo habrá más oportunidades de trabajo en las zonas donde se ubiquen las fábricas extranjeras, pero el capital se irá a los propietarios extranjeros de esas empresas, la desigualdad económica es el gran reto de esta nueva administración morenista, pero también puede ser su tumba.

Uno pensaría que esencialmente del triunfo del obradorismo gana el pueblo, pero creo que no, el pueblo es lo secundario, el pueblo es la palabra demagógica para darle emotividad al discurso político, los verdaderos ganadores son esa burocracia de líderes enquistados en las estructuras de gobierno y puestos de elección popular que celebran el triunfo, y se lamen sus bigotes como nuestros altivos gatitos al ver sus alimentos, y son miles que poco a poco se comienzan a enriquecer y se vuelven “la nueva mafia del poder”, como en Veracruz, venidos de menos a más en sus propiedades y poder de adquisición, la pléyade de ladrones que acompañaron a Cuitláhuac y ahora a Norma Rocío Nahle se alegran de mantenerse en el “pinche poder”; otros ganadores son los empresarios venidos demócratas y aliados de la 4ª T., quienes saben que se avecina buenos tiempos para los contratos y prebendas, y también los chayoteros del obradorismo, que también se llevan lo suyo, y, ¿el pueblo?, con sólo la promesa de mantener “los programas asistenciales”, llamados eufemistamente“sociales”, con quien “palía el hambre más no lo quita”, ni hace que el futuro sea de una sociedad de iguales económicamente sin ese insultante desigual distribución de las riquezas.

Presagio un México sin Obrador, como la consolidación de un MORENA como un PRI reeditado, y la oportunidad de la los partidos políticos de oposición para hacer un relevo drástico de sus liderazgos y que hagan política desde y con la ideas.

“Tiempo al tiempo”, como bien diría el periodista Edgar Hernández.

Junio de 2024.