Columnistas

El holocausto Palestino y Netanyahu el Hitler Judío

Por Lenin Torres Antonio

Crónicas Ausentes

“Esta es una guerra que empezó hace tres mil años y que la inició Josué”. Citando la biblia del judaísmo, el Torá o ley, Netanyahu ordenó: “Tenemos que hacer lo que dijo Yahvé a Saúl; tienes que ir conquistando tierras y terminar con los habitantes del reino local, no tengas compasión de nadie, mata hombres y mujeres, niños y lactantes (…) Tienes que continuar la guerra que inició Josué”. Un personaje bíblico judío que un compendio de asesinatos, “pasó a cientos de miles por el filo de la espada”. (1)

Citado por Netanyahu para justificar la guerra y el genocidio Palestino.

En hecho inédito Sudáfrica acusa a Israel de perpetrar un genocidio Palestino en la franja de Gaza ante el Tribunal Internacional de Justicia de la ONU, el día de ayer de forma suave si incluir la petición de Sudáfrica de parar la guerra, “el tribunal de la ONU exige a Israel que no cometa un genocidio en Gaza” (2).

Hasta el día de hoy 25.000 palestinos han sido asesinados por el ejército israelí con el apoyo y el silencio incondicional de Occidente encabezado por los EEUU, además otros 63.000 están heridos y un total de 1,7 millones de personas han sido desplazadas a la fuerza. 

Esto no tuviera trascendencia sino fuera porque la raza judía ha sido el ejemplo de la barbarie a la que puede llegar la naturaleza humana y la ideología segregacionista y clasista del régimen nazi, y ahora es la que bajo el pretexto del legítimo derecho de defensa ejecuta sistemáticamente un genocidio en la Franja de Gaza contra el pueblo Palestino.

Pensando en que “la historia la escriben los vencedores”, desde hace 80 años nos han interiorizado el pensamiento y la imagen del holocausto judío, excluyendo el sacrificio y los más de 20 millones de mártires rusos, otros tantos chinos, europeos, quienes sacrificaron sus vidas por un supuesto mundo libre del fanatismo y el fascismo hitleriano.

Año con año se desvelan placas, se escriben libros, se hace luto mundial por el exterminio judío perpetrado por el demonizado y satanizado Hitler, se nos recuerda que la raza judía sufrió un terrible atentado que puso en peligro su misma existencia, y que ese hecho de barbarie no debería ocurrir jamás, aunque paralelamente se ejecuta sistemática “la otra solución final” por los ganadores de la 2ª Guerra Mundial, EEUU, Inglaterra, Francia y sus aliados y conversos Italia, Japón, hasta Alemania.

Se construyó un sistema político y económico pormenorizado que denominan neoliberalismo de explotación y predominio, en el que millones de seres humanos han muerto por hambre, pobreza, insalubridad, guerras injerencistas, e incluso, aún sin nacer millones de seres humanos aun sin nacer están condenados al exterminio y el sufrimiento por la concentración de las riquezas en las manos de unos cuantos países y en cada país en las manos de unas cuantas familias como sucede en México, donde el 1% de esa minúscula élite económica detenta más del 50% del Producto Interno Bruto PIB.

Como compensación a “tanto sufrimiento” al pueblo judío se le construyó un estado legítimamente constituido y validado por la caricaturesca ONU, invadiendo tierras que le pertenecían a los árabes y principalmente al pueblo Palestino, desde hace más de 70 años el estado de Israel se convirtió en el agente externo que le cuida sus intereses al imperio occidental encabezado por los EEUU, y paulatinamente se han apropiado de más territorio, llegando a literalmente encarcelar como en los campos de concentración al pueblo palestino en dos pequeños territorios densamente poblados Gaza y Cisjordania.

Muchos se sorprenden, y los medios de comunicación controlados por occidente promueven como injusto, del también reprobable ataque de jamás sobre la población israelí ocurrido el 7 de octubre de 2023, pero era un acto anunciado por la inacción de los organismos internacionales, la represión militar, económica y política de Occidente, la corrupción  y la complicidad del gobierno de Cisjordania, y por el comportamiento clasista y dogmático de Israel contra el pueblo Palestino, principalmente de los sionistas que controlan actualmente el gobierno de Israel.

Benjamín Netanyahu, el primer ministro israelí, un fanático religioso y clasista, actuando ahora no por la idea del superhombre Nietzscheano, mal interpretado por Hitler, no obstante, uso como su forma de justificar la supremacía de la raza aria, sino por mandado bíblico, justifica la guerra y el exterminio del pueblo Palestino, con la siguiente cita del Antiguo Testamento, “con fuerzas compartidas, con fe profunda en la justicia de nuestra causa y en la eternidad de Israel, realizaremos la profecía de Isaías 60:18 – ‘Nunca más se oirá violencia en tu tierra, ni desolación ni destrucción dentro de tus fronteras; pero a tus muros llamarás Salvación, y a tus puertas Alabanza'”, viéndose el enviado de YAVE quien viene a concretar su mandato.

Justo en estos momentos cuando la narrativa occidental predominante lucha por mantenerse en el poder público y en la conciencia social, la respuesta atroz de Israel del incipiente intento de defensa de Hamas de liberar a su pueblo del yugo israelí, sirve para desatar un intento de reacomodo geopolítico por parte de EEUU y sus aliados, la desproporción y la ayuda inmediata sin condición en dinero y armas a Israel así lo delatan, la presencia militar de EEUU e Inglaterra en el Mar Rojo lo confirman, pues los intereses económicos son superiores a los mandamiento civiles de la política y el derecho internacional.

La propuesta sabida para la solución del conflicto israelí-palestino de crear un estado Palestino es excluida por Israel pues no está dispuesto a ceder los territorios ocupados, ni mucho menos aceptar la Torre de Babel donde podamos concebir no tan sólo la pluralidad de las lenguas sino también de las razas.

El genocidio palestino que ejecuta sistemáticamente los sionistas no data de la respuesta al ataque de Hamas a la población israelí, viene ejecutándose con la complicidad de Occidente encabezado por los EEUU e Inglaterra desde hace 70 años.

Las fuerzas del mal se ciernen sobre Medio Oriente y el mundo, no tan sólo el pueblo Palestino está en peligro por el clasismo y el dogmatismo judío-occidental sino también Irán, Yemen, y todo aquel que ose oponerse a los intereses de Occidente, más ahora que dentro del contexto internacional el rival ruso-chino es un poderoso contrincante, y el polvorín ucraniano lo está desgastando.

Confirmo que el pensamiento occidental está muerto, y la hora de una nueva narrativa no tan sólo política-económica sino sobre todo sobre la condición humana es una situación de supervivencia de la especie homosapien.

Enero de 2024.

(1)   https://www.elmundo.es/internacional/2024/01/26/65b37c3521efa05b728b4571.html

(2)   https://www.lapalabrabierta.com/2023/11/07/el-fundamentalismo-religioso-detras-de-la-politica/