ALMA GRANDE
Los acuerdos en lo oscurito implican opacidad, que algunas veces se convierten en delito. La denuncia del líder nacional del PAN, Marko Cortés, de no cumplirse un pacto al estilo de la mafia, no sólo es un atentado a la legalidad electoral sino un delito.
Es como si se reclamara no haber asesinado a alguien, luego de que se acordó matarlo. De ahí a hacer público el acuerdo entre PAN y PRI, con el pretexto de conformar un gobierno de coalición, que no era más que un reparto del botín, colocó a los dirigentes de ambos partidos en el banquillo de los acusados, porque no se trataba de distribuir, de manera equitativa cargos, sino de exigir espacios donde pueden obtener dinero extra, por la vía de la corrupción, como, al parecer, han hecho siempre.
Las críticas no fueron tan duras contra el líder nacional del PRI, a quien Marko reclamó no darle lo acordado firmado en un pacto. El gobierno del entrante gobernador Manolo Jiménez, no cedió los espacios acordados al PAN, porque esa repartición se haría si el blanquiazul obtendría el 20 por ciento de los votos o más, y no alcanzó ese porcentaje. Lo que anuncia una gran decadencia.
El martes 9 de enero, Marko Cortés hizo público el documento en el que se mostraba dicho acuerdo, como si se tratara de una investigación periodística exhaustiva y no de un delito del que es cómplice.
Ante esta situación, la dirigencia estatal panista del PAN decidió darle la espalda a su líder nacional, Marko Cortés, de incumplir con el convenio pactado el año pasado para apoyar la candidatura de Manolo Jiménez, en donde se establecen municipios, donde los albiazules propondrían candidatos, además de contar con cargos públicos, notarías y oficialías del registro civil, entre otros beneficios.
Al abandonar los panistas a su dirigente nacional, la irresponsabilidad de Marko no sólo crece sino que se convierte en un verdadero suicidio, porque Acción Nacional está en el límite del número de militantes para conservar el registro como partido político.
Según cifra del último censo de panistas afiliados, con fecha 31 de agosto de 2023, lapso en el que han salido decenas del partido, cuenta con 277,665 militantes. El mínimo para sostener el registro, a nivel nacional es de 246,270, -equivalente al 0.26 por ciento del padrón electoral federal-, es decir, apenas rebasa el número de miembros con 31,395. Si los panistas de Coahuila desertan de ese partido, tendríamos que restarle más de 31 mil militantes, lo que apenas cubriría la cuota mínima. Porque estamos hablando de más de cuatro meses y medio durante los cuales nadie se afilió al PAN y han salido varios cuadros importantes, con sus respectivos equipos, menos las personas muertas que pertenecieron a ese partido, deja a ese partido en la indefensión sin posibilidades de concursar en las urnas ni por una regiduría.
La torpeza de Marko Cortés va más allá de la indiscreción que lo delata como un mercenario de la política, lo coloca como el homicida de su propio partido. Cualquiera de los fundadores de ese partido volvería a morir al ver semejante declaración que pareciera que tendrá varias repercusiones que tiene al líder nacional de ese partido al borde de la renuncia.
Morena lo demandó en el tribunal electoral, sus militantes lo rechazan, sus candidatos lo desconocen y los legisladores panistas aseguran que ellos no pueden representar a una persona con tan poca vocación política y con mucha ambición monetaria.
En un comunicado la dirigencia estatal a cargo de Elisa Maldonado, reiteró su respaldo al gobernador priísta Jiménez Salinas, porque éste entregó desde hace días, cargos públicos a varios panistas, aunque no suministraron suficientes votos para su triunfo el año pasado.
Es decir, Marko Cortés está sólo, el silencio de sus compañeros de cúpula como Santiago Creel o Diego Fernández de Cevallos hace evidente su error. La candidata a la Presidencia de la República calificó su reclamo de una estupidez y los comentaristas lo trataron prácticamente de un retrasado mental.
Así, el PAN quedó fuera de la Alianza Ciudadana por la Seguridad que firmaron el PRI, el PRD y, el partido local Unidad Democrática de Coahuila. Pero también debilita la coalición Fuerza y Corazón por México en todos sus niveles, cuyos candidatos pelean un cargo de elección popular el próximo 2 de junio.
El tiempo para sumarse a alguna coalición venció, así que el PAN si quiere participar con sus candidatos en Coahuila tendrá que hacerlo por cuenta propia, y con el rechazo total de los propios panistas de la entidad, donde no debería a atreverse a concursar.
La responsabilidad de la otra parte del pacto, es decir, Alejandro Moreno Cárdenas no es menor, pero el hecho de hacer público el pacto secreto, sobre el cual pide cumplimiento absoluto coloca a Marko Cortés en la expulsión no sólo de su partido sino del ejercicio político del país.
En el PAN hay políticos serios, su trayectoria y hechos suman esfuerzos que contribuyeron al fortalecimiento de la democracia del país; sin embargo, la permanencia de Cortés a la cabeza de ese partido, desde el 19 de noviembre de 2018, pareciera haberle afectado considerablemente en su salud.
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