En un esfuerzo por restablecer la normalidad en Ecuador, el presidente Daniel Noboa enfrenta una situación crítica, con cientos de militares y policías desplegados para proteger la infraestructura estratégica y los medios de comunicación en Quito y Guayaquil. Este intento se produce un día después de que el gobierno declarara un conflicto armado interno contra grupos criminales, marcando el tercer día consecutivo de violencia sin precedentes en las calles ecuatorianas.
El saldo hasta ahora incluye al menos 14 muertos, cerca de 140 agentes de policía y personal penitenciario retenidos por presos, una serie de ataques armados y 329 detenidos. El presidente Noboa, de 36 años, afirmó en una entrevista con Radio Canela que el país está en “estado de guerra” y enfatizó la necesidad de una respuesta firme y valiente para abordar la crisis de seguridad.
Noboa destacó la lucha de su gobierno por la paz y contra grupos terroristas que, según él, constan de más de 20 mil miembros. Advirtió a jueces y fiscales que también serán procesados si colaboran con estas bandas, considerándolos parte de la red terrorista.
La crisis se desató tras la fuga de Adolfo Macías, alias “Fito”, líder de Los Choneros, la principal banda criminal del país vinculada al cartel del Sinaloa. La situación se agravó con la fuga de Fabricio Colón Pico, un líder de Los Lobos relacionado con el cartel Jalisco Nueva Generación. Ambos incidentes llevaron a Noboa a declarar el conflicto armado interno, después de haber decretado el estado de excepción por 60 días.
Las calles de Quito y Guayaquil están fuertemente custodiadas por fuerzas militares y policiales, mientras la población vive con miedo y precaución. La seguridad también está centrada en la recaptura de Fito y Colón Pico. En las operaciones conjuntas, 329 terroristas fueron capturados y cinco abatidos, según el informe del almirante Jaime Vela, jefe del comando conjunto de las fuerzas armadas.
A pesar de la relativa calma declarada por el secretario de Comunicación, Roberto Izurieta, la tensión persiste. La comunidad internacional sigue de cerca los acontecimientos, con Perú desplegando más de medio millar de efectivos en la frontera con Ecuador. El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, expresó su alarma, Estados Unidos está dispuesto a cooperar, y España y la Unión Europea manifestaron solidaridad con el gobierno ecuatoriano. El viceministro de Gobierno, Fernando Torres, aseguró que están trabajando para garantizar la seguridad y liberación de los retenidos sin ceder ante los delincuentes.