El jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, aterrizó en Tel Aviv como parte de una nueva gira por Oriente Medio en la que busca rebajar las hostilidades, mientras Israel continúa su ofensiva contra el grupo islamista Hamás en la devastada Franja de Gaza.
Antes de abordar su avión desde Arabia Saudí hacia Israel, donde se reunirá con el primer ministro, Benjamín Netanyahu, y con el presidente, Isaac Herzog, el secretario de estado estadounidense insistió en la necesidad de establecer un Estado palestino independiente para poner fin a la guerra, algo que, reconoce, “no será fácil” de conseguir.
De su lado, Netanyahu y el ministro de Defensa, Yoav Gallant, emitieron una declaración conjunta en la que subrayaron que la guerra en Gaza y la escalada en el norte del país con el grupo chií libanés Hizbulá “continuará durante varios meses”.
“Para continuar con la guerra durante muchos meses más, necesitamos apoyo internacional, y estamos trabajando para asegurarlo”, indicó la oficina del primer ministro, en un comunicado difundido por la prensa local.
Estados Unidos, el principal socio de Israel, busca atenuar los combates en la Franja de Gaza con el objetivo de evitar que la escalada se siga dispersando a otras partes de la región.
El Ejército de Israel asesinó en Siria a Hassan Hakashah, integrante de Hamás y a quien señala de haber orquestado recientemente una serie de ataques con cohete desde territorio sirio hacia el lado israelí.
En tanto, el intercambio de fuego entre fuerzas israelíes y Hizbulá en el área fronteriza continuó durante la jornada, en medio de la peor escalada desde la guerra de 2006.
Washington también busca rebajar la intensidad de la ofensiva israelí en Gaza para lograr un cambio notable en la situación humanitaria del enclave palestino, sumergido en una crisis sin precedentes.
Pero el Ejército israelí ha subrayado que, aunque ha tomado el control casi total en el norte de la Franja y su estrategia militar en esa zona se ha modificado, ahora se enfoca en desmantelar las estructuras de Hamás y acorralar a sus líderes en el centro y sur de Gaza.
De hecho, las tropas israelíes hallaron instalaciones subterráneas de Hamás en el centro de Gaza para fabricar misiles de largo alcance que podrían llegar incluso al norte de Israel. Se trata del sitio de fabricación de armas más grande encontrado en la Franja desde que comenzó la guerra, hace tres meses.
Un tema espinoso que podría surgir en la visita de Blinken es el destino de Gaza en la postguerra: mientras Estados Unidos presiona por una participación en el control del enclave de la Autoridad Nacional Palestina -que gobiernas partes reducidas en Cisjordania ocupada-, Netanyahu se ha rehusado vehementemente.
Algunos analistas señalan que estas posturas del primer ministro obedecen a su agenda política doméstica, en un momento en el que crecen las protestas que exigen su renuncia y la celebración de nuevas elecciones.
Una de esas manifestaciones ocurrió este lunes ante el Parlamento de Israel (Knéset) en Jerusalén.
La guerra estalló el 7 de octubre con un ataque de Hamás que dejó unos 1.200 muertos y 250 secuestrados, mientras que la ofensiva militar de Israel ha dejado más de 23 mil muertos y 58 mil heridos, así como dos millones de desplazados -casi la totalidad de la población gazatí-, que viven en medio del colapso de los hospitales, el brote de epidemias, y la escasez de agua potable, alimento, medicinas y electricidad.