En la víspera de Navidad, Ucrania vivió una jornada tensa marcada por la actividad militar de Rusia, según lo informado por la Fuerza Aérea ucraniana, que destacó el derribo de 28 drones, dos misiles y dos aviones de combate rusos durante un ataque nocturno.
Los ataques con drones se extendieron por seis regiones ucranianas: Odesa, Jersón y Mykolaiv en el sur, Donetsk en el este, Kirovohrad en el centro-sur y Khmelnytskyi en el oeste. Ucrania afirmó haber neutralizado un misil guiado en la región de Zaporiyia, al sur del país, y un misil antiaéreo proveniente del Mar Negro.
En la región oriental de Donetsk, se reportó la destrucción de un avión de combate ruso Su-24, mientras que un Su-30 SM fue derribado sobre el Mar Negro. Estos enfrentamientos resultaron en tres personas heridas en la ciudad de Ocheretyne y Nueva York, en Donetsk, donde las fuerzas armadas rusas llevaron a cabo bombardeos que causaron daños significativos a edificios residenciales.
La situación se intensificó en la región meridional de Jersón, donde una persona perdió la vida y dos resultaron heridas. El jefe de la administración militar regional, Oleksandr Prokudin, denunció 71 ataques en su área, con tropas rusas disparando contra zonas residenciales, exacerbando la violencia en estas localidades.
Estos acontecimientos reflejan la escalada de tensiones en la región, destacando la urgencia de una resolución pacífica y la necesidad de atención internacional ante el impacto humanitario de estos enfrentamientos.
