La variante Pirola del SARS-CoV-2, también conocida como JN-1 del linaje BA.2.86, ha sido identificada como una subvariante altamente contagiosa del virus. Aunque el primer caso se ha registrado en la Ciudad de México, las autoridades sanitarias están monitoreando de cerca su propagación durante la temporada invernal.
Según la Secretaría de Salud, México ha reportado un total de 5 millones 733,925 casos de COVID-19, siendo la Ciudad de México la región con más casos, alcanzando un millón 395,484. La variante Pirola, clasificada como de bajo monitoreo por la Organización Mundial de la Salud (OMS), ha mostrado ser altamente contagiosa, pero hasta ahora no se ha observado un aumento significativo en la gravedad de la enfermedad asociada.
Esta variante, también designada como BA.2.86, ha presentado una serie de mutaciones adicionales en comparación con las variantes omicrón previamente detectadas. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos informan que, aunque se ha detectado la variante en algunos lugares, aún es temprano para evaluar completamente sus impactos en términos de transmisión y hospitalizaciones.
Los síntomas asociados con la variante Pirola incluyen dolor de garganta, congestión, estornudos, fiebre, pérdida de olfato, dolor muscular, afonía y ronquera. A pesar de que la enfermedad no es severa, se destaca la alta capacidad de transmisión del virus.
La Secretaría de Salud continúa haciendo hincapié en las medidas de prevención, como el uso adecuado del cubrebocas, el lavado frecuente de manos, evitar tocarse la cara, elegir espacios bien ventilados en lugares públicos y mantener la sana distancia. Estas recomendaciones buscan reducir la propagación del virus y proteger a la población durante las vacaciones de invierno.