El papa Francisco ha aprobado una nueva directiva que permite a los sacerdotes católicos impartir bendiciones a parejas del mismo sexo, así como a parejas en situaciones consideradas “irregulares”. Esta medida, anunciada en un documento de ocho páginas titulado “Confianza suplicante”, establece que las bendiciones no deben formar parte de rituales o liturgias de la Iglesia y tiene la intención de subrayar que Dios “acoge a todos”.
El cardenal argentino Víctor Manuel Fernández, actual prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, elaboró el documento, enfatizando que esta nueva directriz no debe ser confundida con el sacramento del matrimonio. La Iglesia subraya que este paso no implica una legitimación de las uniones entre personas del mismo sexo.
La declaración, conocida como “histórica” por algunos medios, es el primer pronunciamiento de la Congregación para la Doctrina de la Fe en 23 años. Aunque la Iglesia permite las bendiciones, reitera que no está legitimando la elección de vida de estas parejas, sino abriendo la posibilidad de buscar la ayuda de Dios a través de estas bendiciones.
La bendición, según la Santa Sede, se concede a aquellos que no buscan legitimar su condición, sino enriquecer, sanar y elevar lo verdadero, bueno y humanamente válido en sus vidas y relaciones mediante la presencia del Espíritu Santo. Además, se prohíbe vincular la bendición a ceremonias de matrimonio civil o utilizar elementos propios de una boda.
Este movimiento se suma a otro histórico de la Congregación para la Doctrina de la Fe, que recientemente afirmó que las personas trans y los hijos de parejas del mismo sexo pueden ser bautizados, marcando un enfoque más inclusivo dentro de la Iglesia Católica.