Edoardo Santini, reconocido como “el hombre más guapo de Italia”, ha tomado la valiente decisión de abandonar su promisoria carrera como modelo para ingresar a un seminario y seguir el camino hacia el sacerdocio.
A sus 21 años, Edoardo, quien ganó el título del chico más bello de Italia en 2019, tenía sueños de ser bailarín, nadador y actor. Su victoria en el concurso nacional lo catapultó al mundo de la moda, sugiriendo un futuro como estrella. Sin embargo, sus planes tomaron un giro inesperado hacia el servicio religioso.
Edoardo compartió su decisión a través de un video en sus redes sociales el 23 de noviembre, explicando que está en camino “para convertirme, si Dios quiere, en sacerdote”. Reveló que durante estos años, personas que le mostraron “qué significa ‘ser Iglesia'” le dieron la fuerza para explorar una pregunta que llevaba consigo desde la infancia pero que no profundizaba por miedo.
En enero de 2020, descubrió lo que considera “la verdadera Iglesia” y comenzó a hablar de Dios y de su llamado en las redes sociales. Destacó que vivir en Dios no significa encerrarse en la iglesia, sino vivir la propia vida de manera más plena.
A pesar de la oposición de su abuela, Edoardo expresó que no se siente solo en su decisión y está cansado de satisfacer las expectativas de los demás. Dio un primer paso viviendo con dos sacerdotes el año pasado, describiendo la experiencia como la más hermosa de su vida.
Al compartir su día a día con los sacerdotes, encontró las respuestas que buscaba en la cotidianidad. Al final del año, solicitó ingresar al curso preparatorio, previo al seminario, y ahora estudia teología y sirve en dos parroquias de la diócesis florentina.
Edoardo admitió que tardó en dar el primer paso por miedo al rechazo, y aunque la decisión le aterrorizaba, construyó más muros de los que ya existían. Además, compartió su experiencia en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) de Lisboa, destacando cómo este encuentro marcó un antes y un después en su vida, mostrando a través de videos cómo la iglesia se reveló como algo hermoso. A sus 21 años, tras atreverse a decir “sí” al llamado del Señor, se siente verdaderamente feliz.