En medio del conflicto en Gaza, la ciudad de Jan Yunis, en el sur de la franja, enfrenta una realidad desgarradora que ha llevado al sistema de salud al borde del colapso. El Hospital Europeo, uno de los principales centros médicos de la región, es testigo de la devastación provocada por la escalada del conflicto entre las fuerzas israelíes y Hamas.
El veterano cirujano británico de guerra, Tom Potokar, quien presta servicios para el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), describe la situación como “lo peor que he visto”. Las instalaciones médicas están abrumadas por la cantidad de heridos, y los médicos luchan por hacer frente a una marea interminable de pacientes, casi la mitad de los cuales son niños.
Potokar comparte relatos desgarradores de niños traumatizados, algunos llamando a sus madres fallecidas, mientras los médicos enfrentan la escasez de analgésicos para aliviar su sufrimiento. Detalla el caso de un niño de 8 años con el cráneo expuesto debido a una bomba, y una adolescente sometida a cirugía ocular tras sufrir fracturas faciales. Otro niño de tres años yace en una cama con doble amputación, sus miembros cercenados en una caja a su lado.
El Hospital Europeo, como otros en la región, se ha convertido en un lugar donde los profesionales de la salud palestinos e internacionales trabajan incansablemente en condiciones extremas. Los médicos apenas descansan y se alimentan de manera precaria, mientras enfrentan la constante amenaza de ataques. Potokar, quien lleva cinco semanas sin salir del hospital, comparte la impactante experiencia de casi ser alcanzado por un fragmento de metralla que ingresó por la ventana.
La ofensiva militar israelí ha dejado a Gaza en una situación apocalíptica, según advierte Naciones Unidas. La población civil, forzada a refugiarse en el sur del enclave, enfrenta condiciones insalubres y hacinamiento. La ayuda humanitaria se ha visto interrumpida, aumentando el temor a la propagación de enfermedades y la hambruna.
El conflicto en Gaza ha cobrado la vida de más de 16 mil palestinos, con un alarmante 70% de mujeres y niños entre las víctimas. El hospital lucha contra una abrumadora lista de espera de 360 personas necesitadas de operaciones. La escasez de personal médico, agravada por la pérdida de profesionales en los ataques, impide atender adecuadamente a los heridos. Las infecciones se propagan sin control, y muchos pacientes con lesiones complejas no han recibido tratamiento.
Tom Potokar destaca la urgencia de comprender la realidad en Gaza, invitando a aquellos que dudan de la magnitud del sufrimiento a experimentar la crudeza de la situación. Sus palabras subrayan la necesidad de una acción internacional inmediata para abordar la crisis humanitaria en la región.