Ucrania ha tomado una decisión sorprendente al renunciar a la intervención del presidente Volodímir Zelenski ante los legisladores de Estados Unidos en la votación crucial sobre la solicitud de ayuda de 61 mil 400 millones de dólares para hacer frente a la guerra contra Rusia. Esta decisión ha generado especulaciones sobre la posible falta de respaldo político y ha suscitado críticas internas en un momento en que el país se enfrenta a una situación bélica compleja.
El cambio de planes de Zelenski ha llevado a diversas interpretaciones en Ucrania, y muchos ven esto como un indicativo de que la propuesta de la Administración del presidente Joe Biden para continuar enviando ayuda a Kiev podría no ser aprobada en el Senado. Este órgano legislativo cuenta con la oposición de los republicanos, quienes han condicionado la aprobación de la ayuda a medidas más estrictas contra la inmigración ilegal, algo que los demócratas no están dispuestos a aceptar.
El diputado opositor ucraniano Oleksí Goncharenko ha señalado que el partido de Biden no está dispuesto a aceptar las condiciones propuestas por los republicanos, lo que podría llevar al rechazo de la asistencia a Ucrania en el Senado y posteriormente en el Congreso. Esto ha generado un panorama desfavorable para la intervención de Zelenski, ya que su mensaje podría no cambiar el resultado de la votación y podría interpretarse como una derrota para él.
La embajadora de Ucrania en Washington, Oksana Markarova, ha ofrecido una explicación oficial, indicando que la decisión de no participar en las reuniones cerradas preparatorias se debe a que se discutirían no solo asuntos relacionados con Ucrania, sino también otros temas internos, y han optado por no participar. Aunque ha restado importancia a la situación, algunos analistas y políticos consideran que este cambio de estrategia podría tener consecuencias significativas para Ucrania en términos de apoyo financiero y militar.
La delegación ucraniana, liderada por el ministro de Defensa Rustem Umérov, el jefe del Parlamento Ruslán Stefanchuk y el asesor presidencial Andrí Yermak, busca desbloquear la asistencia antes de que finalice el año. Yermak ha reconocido en un discurso en Washington que hay un “gran riesgo” de que Ucrania sea derrotada si no se garantiza la asistencia estadounidense. Este estancamiento en el frente, anunciado por el jefe del Ejército ucraniano, Valeri Zaluzhni, y la incertidumbre sobre la ayuda estadounidense han generado críticas internas y han llevado a la oposición a cuestionar la estrategia de Zelenski.
El alcalde de Kiev, Vitali Klichó, ha acusado a Zelenski de ofrecer un relato demasiado “eufórico” de la guerra en comparación con la realidad planteada por Zaluzhni. Las discrepancias sobre la fase “posicional” del conflicto han generado tensiones internas, mientras que algunos críticos apuntan a que Zelenski debería haber enviado delegaciones a Estados Unidos con anterioridad para persuadir a los republicanos escépticos sobre la relevancia del apoyo a Ucrania.
En este contexto político y militar complejo, la situación para Ucrania se presenta desafiante, y el rechazo republicano en Estados Unidos se ve, en parte, como una cuestión de política interna en la cual Ucrania tiene un margen de influencia limitado.