El juicio del caso Pegasus, que está relacionado con el presunto espionaje a la periodista Carmen Aristegui durante la administración de Enrique Peña Nieto, ha iniciado en México. Carmen Aristegui, quien comparó como víctima y testigo en esta primera vista, no solo exigió responsabilidades sino que también expresó su esperanza de que la Fiscalía General de la República (FGR) tenga los elementos necesarios para esclarecer completamente el caso.
Un punto destacado de esta fase del juicio fue la declaración del testigo clave conocido como Zeus. Este testigo señaló directamente a Enrique Peña Nieto ya sus subordinados más cercanos de haber ordenado el espionaje no solo contra Aristegui sino también contra otras personalidades, entre ellas, los prominentes empresarios Carlos Slim y Germán Larrea.
El caso Pegasus ha sido un escándalo de gran envergadura en México, con potencial afectación a miles de personas durante varios gobiernos. En este contexto, el periodista y su equipo de investigación descubrieron que el espionaje a su teléfono se llevó a cabo a través de una empresa subsidiaria de una de las proveedoras de Pegasus en México, el grupo empresarial KBH.
El proceso judicial podría prolongarse por meses debido a la extensa lista de testigos y pruebas que se deben presentar ante el juez. La lentitud del proceso también ha sido motivo de críticas, especialmente en relación con la investigación de la supuesta compra fraudulenta del software de espionaje durante la administración pasada.
Este caso no solo arroja luz sobre el presunto espionaje a Carmen Aristegui y otras personalidades, sino que también plantea preguntas fundamentales sobre cómo se llevó a cabo este espionaje desde una empresa privada, lo que contradice la afirmación de la empresa israelí NSO Group, fabricante de Pegasus, de que solo vende el malware a los gobiernos.
La importancia de este juicio radica no solo en la responsabilidad por el espionaje a periodistas y activistas, sino también en la transparencia y rendición de cuentas en relación con la adquisición y el uso de tecnologías de vigilancia por parte de los gobiernos. La sociedad espera que este proceso judicial contribuya a esclarecer no solo el caso específico de Carmen Aristegui, sino también a establecer límites y normativas claras en el uso de tecnologías de espionaje en el país.