Científicos de la Universidad de Tufts y del Instituto Wyss de la Universidad de Harvard han logrado un avance significativo en la creación de minirobots vivos utilizando células humanas. Estos innovadores “anthrobots” son el resultado de investigaciones previas sobre xenobots, los primeros robots vivos creados a partir de células madre de embriones de ranas africanas con garras.
En este último estudio, los científicos utilizaron células humanas adultas de la tráquea de donantes anónimos, centrándose en su accesibilidad y en la capacidad de estas células para moverse, especialmente debido a las proyecciones tipo pelos llamadas cilios que las recubren. El estudiante de doctorado en Tufts, Gizem Gumuskaya, lideró la experimentación con la composición química de las condiciones de crecimiento de las células traqueales. Logró que los cilios se orientaran hacia afuera en organoides móviles después de unos días.
Lo más asombroso es el autoensamblaje de estos antropobots, un proceso único en el que cada uno crece a partir de una sola célula. Los minirobots resultantes no eran idénticos; algunos tenían forma esférica y estaban completamente cubiertos de cilios, mientras que otros tenían una forma más parecida a una pelota de fútbol y presentaban cilios de manera irregular. También exhibieron diferentes patrones de movimiento y sobrevivieron hasta 60 días en condiciones de laboratorio.
Aunque estos antropobots no eran organismos completos al carecer de un ciclo de vida completo, los investigadores exploraron su capacidad para moverse sobre neuronas humanas cultivadas en una placa de laboratorio, simulando daño en el tejido. Sorprendentemente, los antropobots estimulan el crecimiento en la región dañada de las neuronas, aunque los científicos aún no comprenden completamente el mecanismo de curación.
Este estudio, publicado en la revista Advanced Science, sienta las bases para futuras investigaciones sobre el potencial médico de los antropobots. Su capacidad única de autoensamblaje y la posibilidad de aplicaciones en la curación de tejidos y heridas sugieren avances emocionantes en el campo de la medicina regenerativa.