Internacional

Rusia prohíbe el movimiento LGBT+: Impacto y desafíos legales en medio de un giro ultraconservador

Rusia ha dado un paso trascendental en su orientación ultraconservadora al dictaminar, a través de la Corte Suprema, la prohibición del “movimiento LGBT internacional” y sus “filiales” en el país. Esta medida, que entra en vigor de manera inmediata, no solo marca un punto de inflexión en la política rusa, sino que también allana el camino para la toma de medidas legales en contra de cualquier grupo que defienda los derechos LGTB+ en Rusia.

El juez de la más alta jurisdicción del país, Oleg Nefedov, fue el encargado de emitir este veredicto histórico, ordenando la clasificación como “extremistas al movimiento internacional LGBT y sus filiales”. Además, instó a “prohibir sus actividades en el territorio de la Federación rusa”. La lectura pública de esta decisión ante los medios resalta la contundencia de esta nueva postura gubernamental.

Un aspecto destacado de este acontecimiento es que la sesión se llevó a cabo sin la presencia de abogados, ya que, hasta la fecha, ninguna organización en Rusia ostenta el nombre de “movimiento internacional LGBT”. La falta de representación legal en esta instancia sugiere un escenario desafiante para aquellos que puedan verse afectados por esta prohibición.

La naturaleza delicada de este caso se refleja en el hecho de que la vista se desarrolló a puerta cerrada, justificada bajo el argumento del “secreto de sumario”. Este factor contribuye a la opacidad que rodea a la decisión, generando interrogantes sobre los detalles exactos que motivaron esta determinación.

Cabe resaltar que el Ministerio de Justicia ruso, a mediados de noviembre, había solicitado expresamente la prohibición y clasificación del “movimiento internacional LGTB” como una “organización extremista”. Sin embargo, la falta de especificidad en cuanto al organismo al que se referían sus acusaciones añade una capa de incertidumbre a este ya complejo escenario legal.

Esta nueva normativa implica que cualquier actividad relacionada con lo que las autoridades rusas consideran como preferencias sexuales “no tradicionales” puede ahora ser sancionada por “extremismo”, un delito que lleva aparejado duras penas de prisión. Hasta este momento, las personas LGTB+ en Rusia se enfrentaban fuertes multas por participar en lo que las autoridades denominaban “propaganda”, pero no se les imponían penas de cárcel. Este cambio legislativo representa un endurecimiento significativo en la persecución de la diversidad sexual en Rusia y plantea desafíos considerables para aquellos que luchan por la igualdad y los derechos humanos en el país.